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Los 8 dharmas mundanos: un termómetro en el camino espiritual

Hace algunos años, cuando comencé a explorar el budismo, era sencillo para mí hacer la diferencia entre mi vida cotidiana y lo que consideraba espiritual. Ante mis ojos aparecía una marcada división. Por un lado, lo elevado y profundo. Por otro, la aparente carrera sin fin de mi día a día en búsqueda de seguridad, éxito y prestigio social. 

Sin embargo, con el tiempo me encontré con un concepto que transformó mi forma de entender todo: los ocho dharmas mundanos. Empecé a entender que bajo esa aparente separación entre estas dos esferas se escondía algo más sutil. ¿Podría ser que en el fondo mi práctica estuviera motivada por el deseo de reconocimiento o bienestar personal? ¿Podría haber estado meditando simplemente para experimentar estados placenteros de calma, evitando aquellos aspectos que me resultaban incómodos o desafiantes? ¿Estaba cayendo sin darme cuenta en lo que se llama el materialismo espiritual? Es decir, ¿estaba alimentando el mismo ego del que intentaba liberarme?

Todo cambió después de un retiro de meditación. Mis compañeros me invitaron a dar una charla. Al prepararla, me sorprendió comprender que estaba más interesada en adornar mis experiencias que en explicar los beneficios de la meditación en sí. Recordé las palabras de Khenpo Rinchen: “el ego puede adoptar una máscara espiritual”. Era precisamente lo que me sucedía. Desde entonces, intento examinar con honestidad las verdaderas intenciones detrás de cada acción.

Te invito a acompañarme en esta reflexión sobre los 8 dharmas mundanos, mientras comparto cómo estos conceptos han transformado mi comprensión de lo que significa realmente una práctica auténtica.

 

Contenidos

  1. ¿Qué son los 8 dharmas mundanos?
  2. Aferrarnos a un espejismo buscando la felicidad
  3. Separarse de los 4 apegos y la auténtica espiritualidad
  4. La clave: generar una motivación adecuada

 

1. ¿Qué son los 8 dharmas mundanos?

Cuando escuché por primera vez las palabras Dharma (con D mayúscula) o Buddhadharma, aprendí que se suelen referir a las enseñanzas o el legado del Buddha. En cambio, en el caso de los 8 dharmas mundanos (con d minúscula), la palabra tiene un sentido diferente.

Los 8 los dharmas mundanos hacen referencia a las preocupaciones de la vida ordinaria, aquellos aspectos que parecen dirigir nuestras decisiones, emociones y esfuerzos diarios, a menudo sin que nos demos cuenta, y que producen agitación y ansiedad por alcanzar determinados objetivos que pensamos que nos darán felicidad. 

Son ocho en total, agrupados en cuatro pares de opuestos:

Placer — Dolor: la búsqueda constante de sensaciones agradables y la evasión de las desagradables. Por ejemplo, una sesión de hatha yoga en la que deseamos evadirnos de los problemas habituales en lugar de acercarnos a la práctica de forma más profunda. 

Fama — Anonimato: el deseo de ser reconocido y el temor a ser ignorado. Un ejemplo con el que puedo identificarme es subir contenidos a mis redes sociales. Detrás de una foto en Facebook o Instagram, se puede esconder fácilmente el deseo de reconocimiento en nuestro círculo social.

Alabanza — Crítica: el anhelo por recibir cumplidos y la aversión a ser criticado. ¡Cuántas veces me he sentido incomprendida u ofendida en alguna plática con amigos o familiares! Lo peor de todo es que muchas veces ni siquiera se trata de temas realmente importantes, es sólo la sensación de crítica la que pica y molesta.

Ganancia — Pérdida: el afán de acumular y el miedo a perder. Debido al deseo de acumular posesiones materiales como señal de éxito, se nos va una cantidad enorme de energía y tiempo. Y a la vez, nos angustia la posibilidad de perder todo aquello por lo que hemos invertido tantos recursos.

En mi experiencia, estos ocho factores actúan como una especie de GPS defectuoso. Crean la ilusión de llevarme a la felicidad, pero terminan introduciéndome en un círculo vicioso. Primero aparece una satisfacción temporal que rápidamente se agota. Luego surge una nueva y mayor insatisfacción, junto con la frustración de sentir que necesito cada vez más experiencias, posesiones, logros materiales… “Si ganara un poco de más dinero, estaría satisfecha”, “si fuera un poco más exitosa en mi trabajo, tendría mayor seguridad”, “si encontrara la pareja perfecta, me sentiría plena”.

Este ciclo se basa en dos actitudes problemáticas: el aferramiento (querer retener lo que me gusta) y la aversión (rechazar lo que no me gusta). Y ambas surgen de una ignorancia fundamental: no ver que todo está interconectado (la interdependencia) y que todo está en constante cambio (la impermanencia).

Cuando observo mi día con honestidad, me sorprende descubrir cuántas de mis decisiones están influenciadas por estos dharmas mundanos, desde las más pequeñas hasta las más grandes. Lo fascinante es notar cómo operan incluso en mis prácticas supuestamente ‘Dhármicas’.
 

2. Aferrarnos a un espejismo buscando la felicidad

A menudo consideramos que el placer, la fama, la alabanza o la ganancia son los supuestos pilares de nuestro éxito. Con esta visión, nos obsesionamos fácilmente con los resultados de cada experiencia vital. Esto desemboca naturalmente en el anhelo de que todo salga tal como pensamos que debe salir. Aún así, bajo esta aparente ilusión positiva, se esconde en realidad el temor a sus opuestos: el dolor, el anonimato, la crítica y la pérdida.

He descubierto una dinámica curiosa en mis proyectos y expectativas: la esperanza y el miedo siempre van de la mano, como dos caras de la misma moneda. Cuando cifro mi felicidad en que algo específico ocurra, inmediatamente surge el temor de que suceda lo contrario. Este miedo suele estar enmascarado por un falso optimismo, pero se fortalece cada vez que baso mi bienestar en un resultado externo concreto.

Por ejemplo, cuando deseo buen tiempo para organizar un evento importante, ya estoy preocupada por la posibilidad de lluvia. O cuando espero recibir reconocimiento en el trabajo por algún proyecto, ya me inquieta no conseguirlo. 

Tal vez no logro identificar este temor de inmediato. Se esconde tras un falso optimismo. A pesar de ello, este miedo interno crece siempre que deposito mi satisfacción en un resultado específico.

Darme cuenta de esta dinámica aparentemente tan sencilla y cotidiana, me mostró que había puesto mi bienestar en manos de circunstancias externas. Eso es lo que en el budismo se llama samsara: ese ciclo de búsqueda constante de satisfacción en lugares donde esta nunca será permanente.

Lo engañoso es que a veces parece funcionar, ¿verdad? Consigo el ascenso, compro algo que deseaba, recibo el elogio que esperaba, y por un momento me siento genial. Pero esa sensación se desvanece rápidamente y me encuentro necesitando la siguiente dosis de satisfacción. Es como tomar agua salada para calmar la sed: parece la solución pero solo empeora el problema.

Y aquí viene la parte complicada: cuando estas estrategias habituales han fallado, me he encontrado buscando lo mismo pero con una etiqueta ‘espiritual’. Me he sorprendido buscando, en la meditación o en el hatha yoga, no una práctica genuina, sino otra forma de sentirme especial o de experimentar sensaciones agradables que me distraigan temporalmente.

Pero también hay momentos de claridad en los que observo mi vida con honestidad. Veo que todas estas estrategias para ser feliz, basadas en los dharmas mundanos, fallan desde el principio. Es como construir un castillo sobre arena movediza: no importa cuán elaborado sea, la base simplemente no puede sostenerlo.
 

3. Separarse de los 4 apegos y la auténtica espiritualidad

Durante un periodo crítico en mi vida, encontré la guía de una enseñanza milenaria que me ayudó a distinguir entre una práctica auténtica y una que sigue alimentando mi ego. Esta enseñanza de solo cuatro versos proviene de Sachen Kunga Ñingpo (1092-1158), el primero de los Cinco Fundadores de la Tradición Sakya del budismo tibetano. Se la conoce como Separarse de los Cuatro Apegos

Si estás apegado a esta vida, no eres un practicante espiritual.
Si estás apegado a samsara, no tienes renuncia.
Si estás apegado a tu propio beneficio, no tienes bodhichitta.
Si surge el aferramiento, no tienes la visión. 

Aunque estos versos contienen términos técnicos del budismo, su mensaje me impactó por su claridad. En palabras más sencillas:

1) Si mis acciones están orientadas a mejorar solo esta vida (salud, éxito, bienestar), mi objetivo es mundano.

2) Si sigo buscando la felicidad en las mismas fuentes transitorias de siempre (samsara), no he desarrollado verdadera renuncia.

3) Si todo lo que hago es para mi propio beneficio, no he desarrollado bodhichitta (el compromiso de convertirse en un ser iluminado, un Buddha, para el beneficio de todos los seres).

4) Si me aferro a las cosas como si tuvieran existencia permanente, no tengo la visión correcta de la realidad.

A partir de esa enseñanza me di cuenta de que no existen actividades inherentemente espirituales. Incluso la meditación puede convertirse en un escape, una forma de evitar enfrentar realidades incómodas. He notado esto en mí cuando, en lugar de afrontar un conflicto familiar, prefiero ‘ir a meditar’ para ‘mantener mi paz interior’, cuando en realidad estoy evitando la situación.

Por otro lado, si la intención es correcta, cualquier actividad puede adquirir un sentido profundo. Nuestra intención tiene el poder de transformar todas nuestras actividades, incluyendo las que son aparentemente mundanas y en las que ni siquiera reparamos, por ejemplo algo tan sencillo y cotidiano como lavarse los dientes. Como dice el Khenpo Appey Rinpoché (1927-2010) en su comentario Enseñanzas sobre Iluminando el Legado del Sabio (p. 95):

Al salir, “pueda yo escapar de la ciudad de la existencia cíclica”. Al bajar las escaleras, “pueda yo entrar en la existencia cíclica para el beneficio a los seres”. Al abrir la puerta, “pueda abrirse la puerta de la ciudad de la liberación”… al emprender un camino, “pueda yo entrar en el camino noble”. Al subir una cuesta, “pueden todos los seres establecerse en la felicidad de los destinos superiores”…

 Al encontrarse con otros seres, “pueda yo encontrarme con el Buddha totalmente iluminado”. Al poner los pies en el suelo, “pueda yo tener confianza en lograr el bienestar de todos los seres vivos”. Al levantar el pie, “puedan todos los seres ser sacados de la existencia cíclica”… 

Siguiendo este ejemplo tan maravilloso de Khenpo Appey Rinpoché, intenté experimentar cambiando mi motivación en las cosas que consideraba de lo más sencillas, rutinarias o incluso, insignificantes. Entonces me di cuenta del potencial que se encuentra en mi día a día, en el que todo depende en gran parte de la intención y valoración que doy a cada una de mis acciones.


 

4. La clave: generar una motivación adecuada

Un día, mi maestro hizo una pregunta que me dejó pensando durante semanas: “¿Por qué meditamos realmente?”. Mi primera respuesta fue automática: “Para encontrar paz interior”. Sonaba noble, pero cuando profundicé, vi que esa paz que buscaba era principalmente para mí, para sentirme mejor, para escapar del estrés… básicamente, estaba usando la meditación como una forma sofisticada de aspirina espiritual.

Abandonar la ilusión de que alcanzaré satisfacción permanente mediante logros materiales, prestigio o incluso momentos ‘de iluminación’, marcó mi primer avance hacia un camino interior más auténtico. Esto exige una honestidad implacable conmigo misma, sustentada en la reflexión y la vigilancia constante de mis procesos mentales.

He encontrado que pequeños cambios hacen una gran diferencia. Por ejemplo, cada mañana, antes de mi práctica, me tomo unos minutos para reflexionar sobre mi motivación. No se trata de forzar pensamientos ‘elevados’, sino de observar sinceramente qué me mueve. A veces descubro que estoy meditando porque me siento culpable si no lo hago, o porque espero tener experiencias agradables o reducir mi estrés cotidiano. Reconocer estas motivaciones, sin juzgarme, ya es parte del camino.

Como recomiendan los maestros budistas, he encontrado útil expandir mi perspectiva usando tres dimensiones: tiempo, seres y espacio. Por ejemplo, en lugar de recitar mantras esperando sentirme bien ese día, intento conectar con una aspiración más amplia: “Que este esfuerzo contribuya a mi despertar para poder ayudar a todos los seres a lo largo del tiempo y el espacio”. Aunque al principio puede sonar grandilocuente, ampliar mi perspectiva neutraliza la búsqueda de gratificación instantánea que amenaza con corromper mis esfuerzos, lo que me ayuda a proteger mi cultivo espiritual de los engaños del ego.

En el budismo, iniciamos cada sesión tomando refugio en las Tres Joyas: el Buddha, el Dharma (sus enseñanzas) y la Sangha (la comunidad de practicantes como fuentes de inspiración). Luego, cultivamos el deseo de que todos los seres tengan felicidad, estén libres de sufrimiento, experimenten alegría y vivan en ecuanimidad (los cuatro inconmensurables).

He aprendido a contemplar profundamente estas frases, evitando repetirlas mecánicamente. Son más que fórmulas rituales; constituyen recordatorios vivos de una visión que trasciende mi limitado sentido del ‘yo’.

Y al finalizar, dedico cualquier beneficio que pueda surgir de la práctica. Es como decir: “No me quedo con esto, lo comparto con todos”. Esta dedicación me ayuda a no caer en la trampa de evaluar mi cultivo interior solo por cómo me hace sentir a mí.

 


 

¿Has identificado cómo interfieren las preocupaciones mundanas con tu práctica? 

¿Cómo puedes fortalecer la autenticidad de tu camino espiritual?

¡Cuéntanos en los comentarios!

 


 

Bibliografía

Chogye Trichen Rimpoché. 2023. Separarse de los cuatro apegos, 2ª ed. Alicante: Ediciones Dharma.

Khenpo Appey Rinpoche. 2017. Enseñanzas sobre Iluminando el Legado del Sabio, Trad. Tania Navarro Cabrera. Pedreguer, Alicante: Fundación Sakya.

Solé, Jordi. 2024. 4 claves para separarse de los apegos y despertar tu potencial natural. Blog Paramita.

Su Santidad el Sakya Trizin 41 (Gongma Trichen Rinpoché). 2018. Una Simple Instrucción de Entrenamiento Otorgada por Mañjusri. The Sakya Tradition.

Su Santidad el Sakya Trizin 43 (Gyana Vajra Rinpoché). 2023. Cuatro Simples Líneas: Consejos Contemporáneos para Practicar el Apartarse de los Cuatro Apegos. The Sakya Tradition.

 


 

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Adriana María Sánchez Navarrete

Gestora de educación continua y vinculación universitaria. Instructora de Hatha Yoga. Apasionada de las letras. Practicante del Dharma.

34 respuestas

  1. Hola Adriana ! muchas gracias por el articulo es muy inspirador y recuerda varios puntos importantes. Personalmente trato de buscar la motivación de porqué estoy haciendo lo que estoy haciendo y de ser muy realista (no significa que espero más de lo que hago por supuesto) más que altruista esa parte la dejo para inspirarme y ampliar el horizonte.
    Pero trato de entender el beneficio que me aporta a mí en esta vida, se que va en contra de separarse de los cuatro apegos pero me parece muy elevado para mí en este momento , comprendo la importancia de extender el tiempo pero hasta que fortalezca los músculos trato de ver el aporte de ahora mismo. Creo que eso puede ser lo mas autentico posible porque si me digo que no me importan los resultados y que no tengo expectativas y demás no estaría siendo muy honesta conmigo.Es difícil.
    Gracias y saludos !!!

  2. Gracias Adriana por compartir tan maravillosas reflexiones. Excelente artículo!

  3. Hola Adriana!!!
    Gracias por dar mas luz del significado de los ocho dharmas mundanos, un tema que tanto me hace falta reflexionar y captar mas hondamente por el auto sabotaje que se crea. 🙏

  4. Gracias, Adriana! Cuánta claridad en lo que compartes. Me has ayudado a verme reflejada.

  5. paolamflores Me encantó tu comentario, ¡gracias por tu sinceridad! Esta consciencia de por qué hacemos lo que hacemos es parte del viaje y me parece que tu introspección es muy valiosa en ese sentido, ¡gracias por compartir!

  6. marta Gracias por leer, me alegra que el artículo pueda ser útil para continuar con la reflexión, un abrazo

  7. victoria.yazlle ¡Qué alegría que el artículo te resulte provechoso! Un abrazo.

  8. Muchísimas gracias Adriana. Muy inspiradora. Un súper mega Dharma-abrazo

  9. Gracias Adriana. El refrán dice » Lo bueno, si breve, dos veces bueno» , en tu escrito es » Lo bueno, y tan como breve como amplio, tres veces bueno.»

  10. Excelente blog, creo que casi todos nos vemos reflejados. Me sirvió mucho para recordar cual eran los 8 dharmas mundanos y trabajar esa introspección de autoanálisis en cada acción que emprendo. Sigue escribiendo.

  11. Muchas gracias, Adriana por las explicaciones tan claras y prácticas.
    Con amor, Puri

  12. Ngawang Kunga Dolkar ¡Un honor colaborar con el equipo Paramita! Dharma abrazo de regreso

  13. josecarlos.se_icloud.com ¡Qué lindas palabras! Un abrazo grande

  14. Raul Qué maravilla que te haya sido útil el artículo y gracias por el ánimo, ¡un saludo!

  15. PuriRch ¡Muchas gracias a ti por leer! Abrazo con amor Puri

  16. Cada día reconozco más a este grupo como mi shanga. Gracias por hacerlo fácil, haberte tomado el tiempo de transcribir algo de lo que todos tenemos dudas. Un abrazo. Mónica de Granada

  17. Hola, buenos días, muchas gracias por este artículo, soy un simple practicante y aprendiz…al leer este artículo me surgió la duda: ¿Cómo puedo darme cuenta si me práctica meditativa es egoísta? ¿Hay algunas preguntas básicas para detectarlo? Muchas gracias!!!

  18. Muchas gracias Adriana, por tan magnifico y genuino articulo, tan inspiradora y ¡que nos hace reflexionar!. Un gran y afectuoso mega Dharma abrazo.

  19. monfersab_gmail.com ¡Qué gusto Mónica! Un abrazo fuerte

  20. martinpicco30_gmail.com ¡Hola! Creo que cada uno podríamos darte una perspectiva distinta y con eso ir armando un mosaico, te comparto mi criterio: sospecho de aquella motivación cuya prioridad sea: 1) un beneficio sólo para mí, 2) un resultado inmediato o casi, 3) que satisfaga alguno de los 8 dharmas mundanos (por ejemplo, que me haga ganar prestigio o afecto de los demás, que fortalezca mi orgullo, que me haga evadirme con placer, etc). A ver si alguien más nos comparte su opinión, ¡un abrazo!

  21. aseret.clarasso.sola ¡Qué alegría que te haya parecido útil el artículo! Otro mega abrazo en el Dharma para ti.

  22. Muy inspirador el artículo Adriana, gracias por recordar lo fácil que es caer en el materialismo espiritual aún cuando llevas tiempo en el camino. 🙏

  23. Rosa Gracias a ti por leer, me alegra que el artículo pueda ser útil tanto para practicantes nuevos como para veteranos, un abrazo.

  24. Adriana, muy inspirador y genuino tu artículo. Muchas gracias por compartir tu experiencia, me toca profundamente. Un abrazo en el Dharma. 🙂 y por favor, sigue escribiendo…

  25. Tatiana ¡Muchas gracias a ti por leer! Y gracias por tus buenos deseos para seguir escribiendo, ¡abrazos!

  26. Adriana, muchísimas gracias por recordar, enseñar, inspirar y ayudar. Como un Faro que ilumina y guía a los navegantes. Gracias por compartir tus experiencias, pues me han beneficiado 🪷🙏

  27. Adriana, muchas gracias por compartir tu experiencia. Es muy bueno leer y ver que a todos nos suceden cosas que no son tan buenas o altruistas como pensamos a veces. Y que reflexionar con honestidad sobre esas conductas y esas trampas que nos hacemos, aunque sean sin darnos cuenta al principio, nos llevan a practicar con la motivacion correcta. Esta forma de ver y comprender los 8 dharmas mundanos es fundamental. Yo cada dia al tomar Refugio y recitar los cuatro inconmesurables tambien lo hago con toda la presencia y conciencia de lo que significa. Mas de una vez he llorado pues me he emocionado al recitarlo. Te dire que lo que has compartido de Khenpo Appey Rinpoche me ha llegado muchisimo. Muchas gracias por tu generosidad al compartir este artículo.
    Soy Vilma de Uruguay

  28. JFerrer Gracias por tus bellas palabras, y qué felicidad que el artículo te haya sido de beneficio, ¡un abrazo!

  29. petysan Querida Vilma, primero quiero felicitarte por lo que mencionas, qué bello que al generar esa motivación altruista te conmuevas tanto. Y sí, coincido contigo, alguna vez escuché (creo de Khenpo Rinchen) que no hay nada perfecto en Samsara, de ahí la importancia de estar constantemente observándonos y reflexionar. Te mando un abrazo fuerte hasta Uruguay, ¡con un mate en la mano!

  30. Adriana muchas gracias por tu artículo, es muy claro y me ayudo a comprender mejor los dharmas mundanos, tu reflexión es profunda y denota el proceso de introspección que debemos practicar en el estudio del Dharma. Me gustaría compartirlo con mi Shanga a manera de link o enlace, si en algún punto lo puedes hacer o el equipo Paramita, lo agradecería mucho. Saludos.

  31. hola Adriana, hermoso artículo, qué gustazo leerte! qué gran beneficio para nuestra Sangha tu tiempo y esfuerzo! un tema fundamental que para mí golpea fuerte en la arrogancia! la búsqueda de fama, alabanzas aunque creemos que no las tenemos están allí, como el huevo de la serpiente, dispuestas a aflorar a cada paso en esta sociedad competitiva como ninguna!
    Un abrazo y que pronto el karma nos enlace nuevamente!

  32. Abril ¡Hey! ¡Qué gustazo leerte! Y comparto tu sentir, pega fuerte en el ego todo esto, pero es como un viaje el reflexionar y vernos tal cual somos, tampoco sin irnos hacia el extremo de la culpa insana, que nos paraliza. Ojalá pronto volvamos a coincidir, mientras tanto un abrazo querida Abril.

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