Valiosa humildad en el sendero budista

Comprender lo que significa ser humilde nos abre una perspectiva imprescindible para dar pasos seguros en el camino espiritual. Es necesario desmantelar y corregir mucho en nosotros para alcanzar la dicha perfecta, y necesitamos estar dispuestos a hacerlo.

De alguna manera, con verdadera humildad nos predisponemos a ese estado iluminado, no solo porque nos permite corregir todo lo que nos aleja de éste, sino porque nos mantiene en mayor armonía con nosotros mismos, con menos resistencias, menos miedos, más aceptación, más tolerancia y más cerca de quien realmente somos.

Humildad, vamos a hablar de ti. 
 

Contenidos

1. Supuestos
2. Humildad desde la perspectiva budista
3. El poder de la humildad en el desarrollo espiritual
4. Escuchar al Maestro

1. Supuestos

La humildad es una palabra que escuchamos muchas veces y utilizamos en distintos contextos. Sin embargo, no alcanzamos a sospechar el profundo significado que tiene para nuestro desarrollo en diversos ámbitos y especialmente en el camino espiritual. 

Normalmente invertimos mucha energía en cuidar nuestra identidad; nos duele cuando no nos tratan como queremos, nos critican, nos equivocamos, o nuestras debilidades se hacen notar. Y nos enorgullecemos cuando obtenemos logros, halagos, o nos destacamos por algo, de manera que “yo” resuena ‘con bombos y platillos’ en nuestra mente. 

Y nos medimos constantemente; lo hacemos bien, mal, de forma hábil, torpe, siendo inteligente, rápido, lento, bonito, feo. Estas medidas, como tal, son respecto de un referente. Es decir, vamos por el camino deseando, sin darnos cuenta, sobresalir en lo que valoramos; ser quien lo hace ‘mejor’, quien va ‘más avanzado’; y nos incomoda la posición menos apetecida en cada comparación. 

Aquí es donde típicamente situamos la humildad, en una lógica en que asumimos que hay una diferencia entre una persona y otra respecto de su valor o sus capacidades.

Por ejemplo, una persona humilde es quien no se hace notar —aunque esperaríamos que lo hiciera, por el premio que ganó, la influencia que tiene, etc.—, es alguien que no ostenta lo que tiene, que no tiene nada que presumir o probar, que reconoce sus errores y pide perdón, que no impone sus ideas, que valora a los demás, que se muestra cómodo y respetuoso con todos. Cuando en realidad eso es lo natural, así debería ser.

Desde la perspectiva budista, humildad señala la ausencia de medidas comparativas, donde la evolución en el desarrollo espiritual tiene una profunda relación con aquello con lo que nos identificamos. 
 

2. Humildad desde la perspectiva budista

Es muy importante aclarar este concepto. Así podemos valorar las repercusiones de desarrollar la humildad en el proceso de crecer espiritualmente, ser mejores personas y conquistar una felicidad genuina.

Desde el budismo, la humildad es el camino medio entre dos extremos que se expresan en sobrestimar nuestras capacidades o menospreciarlas. También se pueden expresar al pensar que somos más importantes que los demás o que valemos menos. 

Es decir, la humildad es el resultado de una autoestima sana que trasciende los extremos del orgullo y del menosprecio. 

Entonces, nos sitúa en un estado de equilibrio donde valorarse a sí mismo es, por una parte, ser sensatos sobre nuestras capacidades y limitaciones. Y, por otra, reconocer que no hay diferencia de importancia o valor entre los demás y ‘yo’, no hay ni la más mínima distinción, todos merecemos y buscamos por igual la felicidad.

Podríamos preguntarnos ahora, ¿que nos permite tener una autoestima sana, y por ende, humildad?

Pues, identificarnos con nuestra capacidad de cambio y con nuestra naturaleza pura, que son atemporales e ilimitadas. Por tanto, no hay el apremio o la tensión que viene con la valoración propia ‘en relación a’, ‘comparado con’. No hay incomodidad que surja en la percepción de sí mismo. Más bien se está cómodo en un presente que reúne aceptación, cambio y posibilidades.

3. El poder de la humildad en el desarrollo espiritual

Sin humildad el desarrollo espiritual es artificial e infructuoso… no avanzamos realmente porque nos movemos en la lógica del orgullo o del auto-menosprecio. Tomamos por victorias aquello que confirma la identidad que hemos ido construyendo, y por fracaso lo que la pone en duda, y enfatizamos lo que nos conviene y descartamos lo que no. A otro nivel, sin humildad seguimos invirtiendo energía en una identidad que nos aleja de la verdadera naturaleza de quienes somos.

El desarrollo espiritual, según la perspectiva budista, es un proceso por un lado de soltar, de deconstruir los velos que obstruyen nuestra consciencia primaria y, por otro, de desarrollar virtud y sabiduría. Esto no es posible sin la humildad que nos permite aceptar nuestras limitaciones relativas y, al mismo tiempo, tener confianza en nuestra naturaleza última, en que vamos a lograr la iluminación en el futuro. O sea, nos da las bases para avanzar.

Gracias a ella también podemos desarrollar el altruismo; viajar del amor a la ecuanimidad, y encarnar las expresiones más sublimes del amor del guerrero espiritual, el bodhisattva —el bodhisattva, cuyo objetivo es despertar para el beneficio de todos los seres—. 

¿Por qué?

Porque en una mente humilde hay igualdad y sabiduría. Si todos merecemos por igual la felicidad, entonces anteponer la mía a la de los demás no tiene sentido. Y si no toleramos nuestras debilidades, nos identificamos con nuestras caídas, logros e ideas, no será posible escuchar realmente el Dharma, que es la expresión de la verdad transmitida por los maestros.

Cuando el Maestro nos habla, sus palabras son notas armonizadas con la verdad, armonía pura, sabiduría. ¿Qué hacemos con ellas? ¿Cómo las recibimos?
 

4. Escuchar al Maestro

En medio de la jungla de la existencia cantó el Maestro, el que comprende.
Como el viento, su voz alcanzó todo, sus palabras viajaron por todos los rincones.
Sintieron un leve roce quienes oían complacidos en su autosuficiencia para vencer el sufrimiento,
Y un silbido incómodo dejaron pasar quienes no se consideraban posibles vencedores.
Para quienes escucharon con atención y dispuestos a sus palabras, fue una corriente que amablemente sacudió sus mentes; así es como éstos pueden conquistar la felicidad.
El Maestro sigue cantando.

Sin los maestros no hay camino hacia la iluminación. Lograr este objetivo requiere grandes cambios, para lo cual necesitamos, sí o sí, trascender la perspectiva con que venimos concibiendo el mundo. Como no conocemos otra visión —la que comprende la verdad— necesitamos de otra persona que sí la tenga para que sitúe nuestros ojos desde otro lugar y podamos ver las cosas como son, y entre éstas a nosotros.

Descubriremos el significado de los mensajes de los maestros y nos podrán transformar solo si tenemos humildad. Si sobrevaloramos nuestras capacidades y atributos, o nos basta con saber algunas cosas e ignoramos lo que amenaza nuestro orgullo, si reactivamente descartamos sus palabras que tienen como base la sabiduría y una profunda bondad, no tendremos acceso a la verdad.

Si ignoramos sus palabras y enseñanzas que nos sacan de nuestra zona de confort, o nos estamos cuidando de las críticas y evitamos ser desaprobados, si nos sentimos limitados, y nos desalientan las caídas, o nuestro esfuerzo se reduce por falta de atrevimiento y de confianza, no tendremos acceso a la verdad.

Si estamos en ese estado de equilibrio que es la humildad, somos transparentes con nosotros mismos y con los maestros, nos abrimos a lo que nos tienen que decir o revelar y examinamos nuestros errores sin sentirnos limitados, sino todo lo contrario, desplegamos nuestra ilimitada capacidad de cambio. Así podemos llegar a lo que ellos desean para nosotros, la perfección del despertar, la verdadera felicidad.

Portada: Foto de Wolfgang Hasselmann en Unsplash

Te invitamos a escuchar lo que el ven. Lama Rinchen nos ha transmitido en distintas charlas sobre la humildad, y a reflexionar sobre ella:

¿Quién es budista? Los 4 sellos del budismo, refugio, Dharma y autoestima

y

La Guirnalda de Buenos Consejos. Sesión 5

Y si quieres ir más allá, te recomendamos el siguiente curso. En él, el ven. Lama Rinchen desarrolla la presentación de Las Ocho Estrofas de Entrenamiento Mental de Gueshe Langri Thangpa, ahí encontrarás contenidos muy profundos sobre el tema.

El Salto a Bodhichitta

¿Cómo entiendes la importancia de la humildad en el camino espiritual?

¿Por qué crees que las personas valoramos a quienes se comportan de forma humilde?

¿Qué tiene que ver eso con nuestro desarrollo espiritual?

¿Cómo se expresa actualmente la humildad o la falta de ella en ti?

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