Therigatha, traducido como «poemas de ancianas sabias» o «poemas de mujeres que han crecido en sabiduría», es una compilación de los relatos de las primeras mujeres que se ordenaron monjas en los inicios del budismo, y recoge tanto lo sustancial de sus senderos espirituales como algunas de sus peripecias vitales.
Inigualable por su contenido y hondura, esta reunión de poemas testimoniales permite, además, una aproximación contemporánea a la esencia budista de las enseñanzas que contienen.
Estas mujeres pioneras, valientes y comprometidas, superaron lo establecido y reescribieron sus biografías transitando la noble senda promulgada por el Iluminado hasta alcanzar el despertar. Sus procesos de maduración espiritual son una fuente de inspiración que ha llegado hasta nosotros, traducido a nuestra lengua, 2500 años después de que fueran vivenciados.
Contenidos
- Therigatha: historia y contenido
- ¿Por qué puede interesarnos?
- Primeras budistas ordenadas: vidas inspiradoras
- ¿Qué enseñanzas contiene?
- Mujeres pioneras en el budismo como referente
1. Therigatha: historia y contenido
En la época en la que vivió el Buddha histórico, Shakyamuni, se formaron las primeras órdenes religiosas budistas. Las masculinas primero, y poco después las femeninas. De estas últimas y de aquel periodo incipiente del budismo, entre los siglos VI y IV a. e. c., llegan a nosotros estas vidas poetizadas. La autoría de las palabras no está clara, sin embargo, el mensaje es unívoco: las vidas de estas mujeres realizadas, algunas de ellas discípulas principales del Buddha, son un ejemplo de asunción de renuncia con propósito espiritual y un estímulo para avanzar por la senda budista. Una referencia útil a la que acudir y de la cual aprender.
En sus inicios, estas palabras vivas se transmitieron oralmente y en lengua magadhi. Más tarde, en el siglo I, fueron reunidas y anotadas en pali sobre hojas de palma; y, en el s. V., fueron de nuevo recopiladas, ordenadas de menor a mayor longitud y complementadas con fragmentos biográficos por el erudito Dhammapala.
Therigatha, al igual que su equivalente masculino Theragatha, forma parte del Sutra Pitaka o cesto de los sutras del Canon pali —la reunión de textos referenciales del budismo del Sur—, dentro del cual están recopilados en la colección de piezas breves o Khuddaka Nikaya. Ambos están disponibles de manera conjunta en algunas de las versiones traducidas del pali al inglés.
Contiene 73 poemas que cantan las historias de las primeras mujeres que fueron ordenadas monjas —bhikkhunis en pali—. Y aunque hay cierto debate en torno a su creación, todos los poemas se atribuyen a miembros tempranos de la sangha monástica. Cada una de las protagonistas da nombre a un capítulo que está formado, a su vez, de dos partes: un comentario —en ocasiones muy breve— sobre la protagonista, y un texto en primera persona. La mayoría de ellos han sido traducidos al español en verso, pero los más extensos y complejos lo han sido en prosa. Los fragmentos recogidos aquí están tomados de la primera versión en español, Therigatha. Poemas budistas de mujeres sabias de Jesús Aguado.
Como texto coral nos permite acceder a instantes fugaces, pero decisivos, en las diferentes trayectorias espirituales de estas pioneras del budismo: desde el encuentro con el maestro a las enseñanzas que recibieron, la maduración de su renuncia o algunas de sus realizaciones.
Se aprecian en el conjunto diversidad de estilos, formas y contenidos como consecuencia de su autoría múltiple. Estas aparentes diferencias sirven para un solo propósito: transmitir que en el sendero espiritual los frutos pueden alcanzarse.
2. ¿Por qué puede interesarnos?
Considerado un hito en la historia de la literatura por ser la antología femenina de contenido espiritual de mayor antigüedad, más allá de su interés histórico y literario, este texto canónico puede resultarnos valioso por dos razones:
1) Por acercarnos a las primeras mujeres que cambiaron sus vidas por la propuesta monástica del Buddha.
2) Por mostrarnos el fundamento de las enseñanzas budistas que hoy estudiamos desde un ángulo inusual y poco conocido: el del budismo primitivo en femenino.
Las theris —las mayores entre las mujeres budistas ordenadas y nombradas así por sus logros— llevaron, antes de ordenarse, vidas variopintas: algunas fueron esposas, hijas o nietas de reyes, otras prostitutas, las hubo madres, viudas y hasta olvidadas. Sin embargo, tuvieron en común el dejar atrás sus recorridos vitales prescritos para abrazar las reglas de una orden mendicante en estado germinal. Y lo hicieron por razones distintas como dejar atrás la miseria, seguir a sus señoras o por fe en las palabras del Buddha.
En sus poemas, las theris señalan cuáles fueron las enseñanzas del Buddha que supusieron un antes y un después en sus caminos: la ley del karma, Las Cuatro Nobles Verdades con el Noble Óctuple Sendero o el refugio en las Tres Joyas, entre otras. Y el hecho de que estas enseñanzas lleguen a nosotros a través de sus voces, nos ayuda a una mejor comprensión de su papel en el sendero espiritual.
3. Primeras budistas ordenadas: vidas inspiradoras
Fueron pioneras al tomar la decisión de querer ordenarse. Y lo hicieron con paso firme. Tras su insistencia, y valorando la igualdad entre los seres, el Buddha aceptó su propuesta. Gracias a esta decisión rupturista del Iluminado, que igualaba a mujeres y hombres en una época en la que estas no tenían ni voz ni voto, algunas fueron un ejemplo y otras les siguieron. Una vez ordenadas monjas, practicaron el Noble Óctuple Sendero.
A pesar de las dificultades enormes que afrontaban al nacer, crecer y madurar en una sociedad estratificada por castas en la que su papel estaba de antemano cosificado y decidido por otros, evolucionaron hasta alcanzar el nirvana: un estado de no sufrimiento, de paz, donde no hay ningún tipo de malestar, una especie de bienestar inalterable; desde la perspectiva del Canon pali: “La liberación última de la mente y la liberación del samsara —el ciclo de sufrimiento, muerte y renacimiento—” (ven. Lama Rinchen, El Buddha Hoy, Lección 8).
Algunas de estas monjas son hoy algo más conocidas por aparecer en otras partes del Canon pali debido a su proximidad con el Buddha histórico, o bien, por su ejemplaridad. Es el caso de Mahapajapati Gotami, madrastra del Buddha, al cual —ya viuda— solicitó la apertura de la sangha monástica a la mujer, tras liderar a un grupo de ellas que mostró su capacidad de vivir como mendicantes sin hogar. Khema —una de las dos primeras responsables de un monasterio de monjas a quien el Buddha destacó por su sabiduría— y Uppalavanna fueron las dos monjas que el Despierto distinguió debido a sus poderes psíquicos. Patacara y Kisagotami, cuyas historias personales previas a la ordenación son un cúmulo de sufrimiento, y que llegaron a alcanzar importantes logros en el sendero.
En su mayoría vivieron situaciones difíciles o, al menos de hastío, que abrieron brecha en sus esperanzas y terminaron por distanciarlas del mundo de los placeres y de los sentidos. El relato de sus dificultades y avances hace que, de algún modo, parezcan más próximas a nosotros.
Punna (p. 18):
Después de quince días,
llena de sí la luna resplandece.
Haz lo mismo y sé sabia poco a pocoy con tu propia luz ábrete paso
por la densa ignorancia de la noche.
La Madre de Sumangala relata en su poema cómo deja atrás, en su camino hacia la liberación, sus tareas y obligaciones cotidianas, propias de una sociedad patriarcal (p. 38):
Libre de la cocina y del mortero,
del trabajo pesado de una casa,
de los cacharros sucios.
Libre de mi marido insoportable.
Khema, conocida por su hermosura, aprende del Buddha sobre la impermanencia de la belleza y la juventud, y lo refleja con su sabiduría en una hipotética conversación con Mara (p. 104):
Aborrezco este cuerpo y me avergüenza.
Se enferma y luego muere y mientras tanto
te engaña de mil modos.
Mis deseos han sido erradicados
y reniego del sexo que me ofreces.
A propósito de la impermanencia y del cuerpo femenino, nos llega de Ambapali, cortesana ya retirada, un poema en el que describe el cambio del suyo, aceptando el paso de la radiante juventud a la inevitable vejez (p. 139):
Antes, cuando era joven, mi hermosa nuca se curvaba
como una caracola bien pulida y suave. Hoy, ya anciana,
ha perdido del todo su tersura y firmeza. Es lo que
el Buddha, que siempre dice la verdad, dijo que pasaría.
Palabras evocadoras que pueden conducirnos hacia reflexiones más profundas. Pues es a través de sus historias humanas como conectamos sus experiencias y procesos de aprendizaje con los nuestros. Voces valiosas por provenir de mujeres adelantadas a su tiempo, cuyo acceso a la vida espiritual no fue sencillo al estar supeditado a todo tipo de condicionantes.
4. ¿Qué enseñanzas contiene?
Las enseñanzas que las theris escucharon pueden ser sustancialmente las mismas a las que tenemos acceso hoy, sin embargo, hay una diferencia importante entre el vehículo utilizado por ellas y el nuestro. Ellas accedieron y practicaron estas enseñanzas dentro del jinayana —o vehículo menor—, mientras que nosotros lo hacemos en el majayana —o vehículo mayor—. Ambos se diferencian en el resultado final que anhelan.
Mientras que en el primero es alcanzar la liberación individual del sufrimiento, el nirvana, en el segundo se aspira a alcanzar la completa budeidad para poder ayudar a otros a salir del tormento de la existencia cíclica. En el artículo Majayana y jinayana, o cómo el budismo se adapta al oyente del Blog de Paramita se puede encontrar más información sobre sus diferencias.
En Therigatha encontramos testimonios menos preocupados por explicar las enseñanzas del Dharma y más por retratar los valores del budismo en su fase inicial, hace 25 siglos. A pesar de lo cual, las enseñanzas que recoge aportan nuevas perspectivas al estar insertas en caminos espirituales colmados y en modelos de renuncia vividos, esta vez, en femenino.
Aparecen los temas cardinales del budismo, como la ley del karma —procedente de tradiciones previas y matizada por el budismo—, las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Óctuple Sendero —realizadas y transmitidas por el Buddha— o la Triple Joya —ratificada durante la conformación del budismo—.
Además, la renuncia —motivación principal del vehículo jinayana— aparece de manera implícita a lo largo de todo el texto. Los diferentes testimonios ofrecen una panorámica sobre cómo se realiza su evolución: desde los primeros síntomas hasta las etapas que se atraviesan para alcanzar, al final del camino, las cotas más elevadas.
Si consideramos su progreso como una secuencia causal, vemos cómo primero despierta en estas mujeres la semilla de la renuncia, primera causa o motivación para adoptar votos —un gesto que comparten todas las theris—. Una semilla relacionada con la maduración de espíritu que aflora cuando hemos aprendido a reconocer los aspectos negativos de la existencia mundana. Al ver su naturaleza condicionada, imperfecta, inclinada hacia el dolor, insustancial o impermanente.
En su camino, las que serían ancianas sabias fueron fortaleciendo esta recta actitud de renuncia al ir superando los aspectos de su existencia que las ataban al mundo y al yo. De este modo, pasaron por los dos niveles de renuncia que señalan los maestros. Descubrieron que:
1. Todo lo relacionado con logros egocéntricos — placer, fama, ganancia y alabanza— no produce satisfacción genuina.
2. No hay manera de coexistir exitosamente con el ego, pues de todas las formas que existes, de todas esas formas sufres.
La renuncia tiene, además, dos características que se observan en los itinerarios vitales a los que nos asomamos: clarifica lo que sirve y lo que no para alcanzar el bienestar genuino, y fortalece la determinación de involucrarse en todo lo que acerque a una paz y felicidad definitivas.
La conclusión es que, sin haber madurado su renuncia, estas monjas no habrían alcanzado el despertar.
Pero más allá de la renuncia, presente a lo largo de toda la antología, en muchos de los poemas se citan las enseñanzas clásicas de manera explícita. Los siguientes extractos son una muestra:
PUNNIKA – El karma
Nacida esclava de un seguidor laico del Buddha, Punnika le ruega que no abandone el bosquecillo de Jeta —donde se estableció uno de los primeros monasterios budistas— hasta que no consiga su libertad y poder ordenarse monja. Una vez conseguida y, una vez ordenada, alcanzó la iluminación. En diálogo con un brahmán, advierte (p. 136).
Si temes el sufrimiento, si no te gusta el sufrimiento,
no lleves a cabo, ni a la vista ni en secreto, acciones malas.
Y si las has llevado a cabo, entiende que no podrías huir de ellas
ni aunque supieras volar o corrieras muy rápido.
UPACHALA o UPACALA – Las Cuatro Nobles Verdades
Hermana menor de Sariputta —en pali, o Shariputra en sánscrito—, uno de los discípulos principales del Buddha. Se ordenó junto a sus dos hermanas. Las tres fueron tentadas por Mara y las tres le rechazaron (p. 122).
Buddha el iluminado me enseñó
que todo es sufrimiento
y sus causas y cómo superarlo
y el Óctuple Sendero que conduce
a la suprema paz.
ROHINI – El refugio en las Tres Joyas
Tras escuchar un discurso del Maestro se lo explicó entusiasmada a sus padres, quienes permitieron que se hiciera monja. Con el tiempo se convirtió en una gran predicadora (p. 142).
Padre, si quieres librarte del sufrimiento que tanto temes
y que tanto daño te hace, toma refugio en el Buddha,
toma refugio en la noble doctrina que enseñó, toma
refugio en la venerable orden que instituyó y cultiva en
beneficio propio una conducta correcta.
5. Mujeres pioneras en el budismo como referente
Therigatha puede leerse en clave de afirmación inspiradora gracias a la variedad de relatos que sostienen que es posible la transformación espiritual que conduce al despertar. Sus protagonistas alientan, transmiten un conocimiento valioso y profundo, y además, invitan a avanzar, a dar pasos, a emular sus recorridos hacia la realización personal y espiritual.
Antes de ordenarse hubo en sus vidas dolor y placer, pobreza y abundancia, reconocimiento y olvido, pero a lo largo de su evolución fueron habitando estados de realización cada vez más profundos, y alcanzando logros espirituales insospechados para las mujeres de aquel tiempo.
En su diversidad y por su valentía nos muestran hoy que es posible. Que si se reúne la determinación interna imprescindible, madura el estado de renuncia y se adquieren los compromisos oportunos con la guía de un maestro, con la visión correcta y la disciplina adecuada, puede haber un avance significativo en nuestra evolución hacia lo trascendente.
Bibliografía
Aguado, J. 2016. Therigatha. Poemas budistas de mujeres sabias, Barcelona: Editorial Kairós.
Hallisey, C. 2015. Therigatha. Poems of the First Buddhist Women, Londres: Murty Classical Library of India, Harvard University Press.
Thanissaro Bhikkhu (Geoffrey DeGraff). 2015. Poems from the Elders: The Theragatha & the Therigatha, Valley Center, CA, EE. UU.: Metta Forest Monastery. Consultado: 12 de abril de 2023
Thera, N. y Hecker H. 2002. Grandes Discípulos de Buda. Su vida, sus actividades, su legado, Novelda, Alicante: Ediciones Dharma.
Thich Nhat Hanh. 2007. Camino Viejo, Nubes Blancas. Tras las huellas del Buda, Novelda, Alicante: Ediciones Dharma.
Las vidas de las mujeres que reúne Therigatha son una increíble fuente de conocimiento e inspiración. Asomarte a sus biografías o relatos poéticos en primera persona quizá te ayude a conocer mejor la historia del budismo o, tal vez, en el estudio y reflexión sobre las enseñanzas cardinales compartidas por todas las escuelas.
En cualquier caso, pueden ser una llave en tu vivencia de la práctica del Dharma.
¿A qué esperas para acercarte a esta lectura?
Reflexión
¿Te resultan cercanas o no tanto, las historias de estas primeras mujeres budistas?
¿Sería un reto para ti adoptar un código ético más amplio, firme o exigente?
Y, ¿dar un salto a la vida monástica?
¿Alguna vez has sentido curiosidad por este tipo de opción?
20 comentarios
Muchas Raquel.
Muy inspirador…
Muchas gracias por este artículo, Raquel. Es alentador conocer a estas pioneras y su determinación para desarrollarse espiritualmente. Un gran ejemplo.
Hola Raquel, muchas gracias por este articulo tan inspirador y emocionante, me ha encantado leerte. Sobre las preguntas de reflexión, estas me acompañan desde que comencé a conocer las enseñanzas.
Un abrazo
Querida Raquel, me gustaría conversar más contigo sobre esta nota que has publicado, escríbeme a mi correo electrónico para poder agregarte como contacto y así entablar una conversación más fluida. Muchas gracias.
[email protected].
Espero tu mensaje,
Saludos, Constanza
Querida Raquel, muchísimas gracias por este precioso articulo. Un súper Mega Dharma-abrazo y nos vemos pronto…
Gracias a vosotras por leer el artículo y transmitir más entusiasmo. Que las theris nos inspiren en el camino. Un abrazo
Gracias por la recomendación, lo compré y lo leeré! necesito inspiración ya que la duda constante es mi mayor aflicción, y se que este es el único camino que me permite ser genuinamente feliz. Saludos desde Argentina
Es maravilloso.
Gracias por compatir Raquel.
Abrazo
Gracias Raquel ,muy inspirador y agradecida por la renuncia de esas hermosas mujeres
Precioso leerte Raquel .
Que motivador y que novedoso para mi , no había oído hablar de las “ theris” … me ha encantado .
Tomo nota del libro soporte .
Eones de gracias por estar siempre .
Un abrazo
Rous
Abril, gracias por el gesto de seguir la recomendación. Sin duda estas mujeres son una inspiración genuina para todos. Un abrazo
Me alegro de que te guste medita.1_hotmail.com. ¡Gracias por leer el blog!
Nélida, gracias a ti. Un abrazo
Jamyang, gracias a ti por seguir el camino y ser ejemplo para todas hoy. Un abrazo
Rous, gracias por leer el artículo y por el comentario alentador. Qué fortuna tener compañeras en el camino como tú, como vosotras. Un abrazo
Que buena manera de introducir unos textos , justamente andaba pensando cual seria el próximo libro que leería , y he dado con tu articulo , muchas gracias !! 😀
Muy inspirador el articulo. Gracias Raquel por compartir.
Precioso artículo, muy muy muy inspirador, Gracias. Om shanti.
Muchas gracias por este interesantísima entrada. Estoy deseando saber y aprender más sobre estas mujeres tan inspiradoras y valientes. Un abrazo.