Antes de introducirnos en el origen y características reales del majayana, convendrá refutar un conjunto de hipótesis erróneas que se han venido elaborando en contextos académicos y confesionales a lo largo de casi dos siglos y que todavía cuentan con cierta estimación en determinados medios. Deberá notarse el carácter divergente ―e incluso antagónico― de las nociones planteadas, lo cual indica la multifacética complejidad del tema. La rectificación de tales opiniones erradas resulta muy necesaria, ya que contribuirá a un mayor esclarecimiento del intrincado proceso de causas y condiciones que produjo el majayana.
Contenidos
- “No tuvo un origen monástico, sino laico”
- “Se originó exclusivamente a partir de la escuela Mahasamghika”
- “Se constituyó como una escuela divergente de las primeras escuelas”
- “Rechazó el culto a las estupas y se centró en el culto a los sutras majayana en forma escrita”
- “Se originó por el uso de la escritura”
- “Al comienzo hubo múltiples comunidades majayana independientes”
- “Grupos de ascetas del bosque fueron los originadores del majayana”
- “El bodhisattva constituye el modelo prototípico del majayana, mientras que las primeras escuelas se centran exclusivamente en el modelo del arhat”
1. “No tuvo un origen monástico, sino laico”
Se trata de la primera y más popular de las hipótesis, planteada a mediados del siglo XIX y hoy día prácticamente desechada. Consiste en afirmar que el majayana surgió como una reacción laica orientada hacia el altruismo social del bodhisattva que procuró contrarrestar el “espíritu arrogante”, el “nihilismo ateísta” y la “perfección estéril” de los monjes obsesionados con su ideal del arhat. Otra variante de dicho origen laico del majayana fue elaborada por ciertos académicos japoneses, quienes afirmaron que el gran vehículo estuvo constituido por grupos de devotos seglares dedicados a rendir culto a las estupas.
Sin embargo, el análisis exhaustivo de los sutras majayana más antiguos que se conservan muestra una realidad muy diferente. Además de aceptar la existencia de bodhisattvas laicos y su importante papel en la transmisión del majayana, también se les anima a que se conviertan en bodhisattvas monjes y en algunos casos excepcionales, asuman rigurosas prácticas ascéticas. Tampoco aparece ningún rechazo contra el ideal del arhat, sino que se reconoce su valor soteriológico y se integra en el contexto de la práctica del bodhisattva (Harrison, 1987, 75-87).
En cuanto a la hipótesis sobre el culto laico a las estupas, quedó excluida por no hallarse ninguna prueba textual, epigráfica y arqueológica que la sostuviera (Drewes, 2010a, 57). Además, fueron precisamente las comunidades monásticas pertenecientes a las primeras escuelas las que establecieron y desarrollaron el culto a las estupas (Schopen, 2004, 497).
2. “Se originó exclusivamente a partir de la escuela Mahasamghika”
Se recordará que la Mahasamghika fue una de las dos primeras escuelas en escindirse de la Sangha original. Pues bien, se ha relacionado sin ningún fundamento la similitud entre las denominaciones “mahasamghika” y “mahayana” por contener ambas el adjetivo “maha” (lit. “grande”, “gran”, “mayor”) y se adjudicó a dicha escuela el origen del gran vehículo. Pero de nuevo, tampoco se encontró ninguna prueba de tal aserción y, por el contrario, los datos indican que «no se puede determinar la filiación de escuela del majayana inicial, pues se ha aceptado que fue un movimiento pan-budista ―o mejor, un conjunto fluido de movimientos― que rebasó las fronteras de escuela» (Harrison, 1995, 56).
3. “Se constituyó como una escuela divergente de las primeras escuelas”
Otra hipótesis de notable aceptación recalcó que el majayana se definió como una escuela independiente, esto es, como una escisión de las primeras escuelas o fraternidades (nikayas) que abarcaban lo que se vino a calificar más tarde y erróneamente como “vehículo inferior” (jinayana). Empero, son numerosos los académicos que han rectificado dicha opinión falsa, señalando que no hay ninguna evidencia de unos supuestos “monjes majayana” que recibiesen una “ordenación majayana” distinta de la ordenación según los vinayas (Bechert, 1973, 11-13; Silk, 2002, 360-66).
Por el contrario, aquellos renunciantes que profesaban doctrinas majayana pertenecían a cualquiera de las primeras escuelas ya establecidas. Además, el gran vehículo jamás se constituyó como una institución diferente y, mucho menos antagónica, a las escuelas tradicionales basadas en linajes de ordenación de sus respectivos vinayas (Drewes, 2010a, 57-58).
Y en lo que respecta a relación entre las enseñanzas de ambas tendencias, el majayana no rechazó las doctrinas y prácticas de las primeras escuelas, sino que las aceptó en su práctica totalidad, al tiempo que desarrollaba nuevos métodos hermenéuticos para adaptarlas, reinterpretarlas, revalorizarlas y subordinarlas al paradigma del gran vehículo (Skilling, 2013, 98-99). Para ilustrar este punto, nada mejor que el testimonio del monje chino Yijing (635-713 e. c.), quien permaneció veinticuatro años en la India con el fin de conocer de primera mano el Dharma en su tierra de origen:
En cuanto a las cuatro escuelas (Sthavira, Mahasamghika, Sarvastivada y Sammitiya) no existe ninguna clasificación definida respecto a cuáles deberían pertenecer al mahayana y cuáles al hinayana. En las regiones del norte de la India y en los mares del sur aquello que prevalece es puramente hinayana, mientras que en la divina tierra de China, los monjes preservan en sus mentes la gran enseñanza. En otros lugares, tanto el mahayana como el hinayana se practican de manera combinada. Según el examen de sus prácticas, no se reconocen diferencias en sus normas y restricciones disciplinarias. En ambos casos clasifican las reglas del Vinaya en cinco secciones y ponen en práctica las cuatro verdades nobles. Aquellos que veneran a los bodhisattvas y leen sutras mahayana se denominan seguidores del mahayana, mientras que aquellos que no lo hacen se designan seguidores del hinayana.
―Li, 2000, 11, 13-14
4. “Rechazó el culto a las estupas y se centró en el culto a los sutras majayana en forma escrita”
Basándose en una observación parcial y sesgada de las fuentes, se planteó una oposición, e incluso competencia, entre la veneración a las estupas ―característica de la primeras escuelas― y el culto a los sutras majayana escritos y sus ubicaciones espaciales ―propio del majayana inicial―, considerándose esta última práctica como infinitamente más meritoria que la primera. Sin embargo, el análisis imparcial de los datos y las evidencias arqueológicas muestran una realidad distinta: el gran vehículo inicial jamás instigó la oposición ni la competencia contra la veneración a las estupas, sino que integró dicha práctica desde su perspectiva particular (Drewes, 2010a, 60).
5. “Se originó por el uso de la escritura”
Existe una hipótesis relativamente reciente según la cual, el origen del majayana se debió al uso de la escritura y a la preservación de sus nuevos textos fuera de los linajes tradicionales basados en la transmisión oral. Del hecho de que en numerosos sutras del gran vehículo se recalcase la importancia de “copiar y venerar” los sutras, se dedujo la correlación entre el origen del majayana y su utilización determinante de la escritura. Pero, de nuevo, el análisis detallado de todas las fuentes disponibles, tanto desde una perspectiva filológica como paleográfica, evidencia una realidad muy diferente.
En la inmensa mayoría de sutras del gran vehículo se mencionan las tres prácticas de “memorizar”, “retener en mente” y “aprender”, así como su encarnación en las facultades comunicadoras de los “oradores del Dharma” (dharmabhanakas), lo cual indica un mayor énfasis en las prácticas textuales orales/mnemónicas que en la escritura. De hecho, en la India se da con reiterada frecuencia ―tanto en el contexto védico/brahmánico como budista― el peculiar fenómeno de la “oralidad literaria”, consistente en que el autor compone el texto mentalmente, lo recita oralmente y permite que el escriba lo reproduzca por escrito, dando como resultado un manuscrito que el autor hace efectivo de forma oral (Drewes, 2015, 121, 132-35).
Asimismo, los análisis filológicos evidencian que los primeros sutras majayana se transmitieron oralmente en prácrito y gandhari (s. I a. e. c.), después los textos orales en prácrito se escribieron en kharosthi (ss. I-III e. c), luego en sánscrito popular combinado con prácrito (ss. II-III e. c.) y finalmente en sánscrito budista híbrido y escritos en brahmi (desde los ss. III-IV e .c. en adelante) (Karashima, 2015a, 113-14).
6. “Al comienzo hubo múltiples comunidades majayana independientes”
Dicha hipótesis se planteó al observar que la nutrida cantidad de sutras del gran vehículo describe doctrinas divergentes, lo cual implicaría la presencia de grupos autónomos centrados cada uno en su propio sutra. Sin embargo, ya se ha demostrado que jamás hubo una “escuela majayana” separada de las primeras escuelas (nikayas). Además, en numerosos sutras iniciales del gran vehículo se menciona la existencia de otros sutras majayana, lo cual sugiere un campo doctrinal común que reconoce variedad de interpretaciones. Y en cuanto a la divergencia de doctrinas, en vez de adjudicarlas a comunidades distintas, sería más acertado reconocer un estímulo majayana común hacia la innovación y la diversidad de enseñanzas y prácticas (Drewes, 2010a, 61).
7. “Grupos de ascetas del bosque fueron los originadores del majayana”
Se trata de la hipótesis con mayor aceptación hasta hace unos años y, en cierto sentido, constituye la contraposición a la hipótesis del origen laico ya descrita. Se ha imaginado un comienzo del gran vehículo identificado con comunidades monásticas ubicadas en bosques, alejadas deliberadamente de los núcleos urbanos y centradas exclusivamente en las prácticas ascéticas.
Pero son escasos los sutras iniciales que describen tal escenario y, por el contrario, son mayoría los que no mencionan dicho planteamiento. Por ejemplo, numerosos textos consideran innecesario el ascetismo para lograr el estado de buddha, mientras que otros disuaden de ello de manera explícita y presentan opciones de práctica más fáciles y atractivas, como la escucha del Dharma y la reflexión sobre ciertos buddhas con el propósito de renacer en sus tierras (Drewes, 2010a, 61-62; 2018).
8. “El bodhisattva constituye el modelo prototípico del majayana, mientras que las primeras escuelas se centran exclusivamente en el modelo del arhat”
Se trata de uno de los errores más comunes: identificar la figura del bodhisattva exclusivamente con el majayana. Pero, los datos textuales y arqueológicos desmienten dicha opinión. El término bodhisattva (o en pali bodhisatta) es de origen únicamente budista ―se desconoce en el brahmanismo y el jainismo― y su sentido etimológico, relacionado con el término sánscrito sakta ―“unido a”, “dedicado a”― significa “aquel que está decidido a la iluminación”.
El bodhisattva constituye la figura central de los “relatos de vidas anteriores” (jatakas) del Buddha Shakyamuni, donde en sus quinientas cuarenta y siete narraciones ―según la compilación Theravada― este aparece como un bodhisattva dedicado a la acumulación de extraordinarias hazañas meritorias, que le permitirán finalmente lograr un nacimiento humano y convertirse en buddha. Algunos de tales jatakas aparecen representados en bajorrelieves de las estupas de Bharhut y Sanchi (200-100 a. e. c.), lo cual indica que por aquella época el corpus textual de los jatakas ya estaba incluido en el canon de la escuela Theravada y en el de otras escuelas iniciales (Basham, 1981, 21-24).
Sin embargo, la Theravada y otras escuelas antiguas emplearon los jatakas más bien para ensalzar el carácter extraordinario y excepcional del despertar del Buddha Shakyamuni, y no tanto como un camino a realizar por la comunidad monástica y seglar. Dado que el énfasis liberatorio de las primeras escuelas se centró principalmente en el modelo del arhat ―reconociéndose igualmente el sendero del pratyekabuddha―, dicha tendencia planteó inevitablemente la cuestión de si el Despierto habría impartido enseñanzas dedicadas especialmente a los bodhisattvas, quienes no buscaban solo un nirvana individual, sino la obtención de la budeidad perfecta y completa. Fue precisamente esta laguna la que propició la intención de conocer en detalle esas enseñanzas para bodhisattvas que el Buddha no había impartido a sus “oyentes” (shravakas), y tal intención se traduciría en una inspiración reveladora gestada por los dharmabhanakas que producirá los sutras majayana (Drewes, 2021a, 54; 2021b).
Después de dichas rectificaciones y clarificaciones que consideramos imprescindibles, ahora estaremos mejor preparados para abordar en qué consiste realmente el gran vehículo en la Parte 2, que lleva precisamente por título ¿Qué se entiende por “majayana inicial”?
Reflexión
¿Incluyes los sutras majayana en tu estudio y práctica del Dharma? Si es el caso, explica qué te aporta su lectura y, en caso contrario, qué es lo que te hace prescindir de ella.
Foto principal
Bosque en el Parque Nacional del Valle del Silencio, Kerala (India). Jaseem Hamza, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons.
Bibliografía
La bibliografía completa de las cinco partes que componen este artículo sobre Los sutras del Dharma del gran vehículo (majayana) se encuentra en este enlace.
Te proporcionaremos un enlace a cada parte de este artículo en nuestras redes sociales a medida que se publiquen. ¡Manténte atento/a!»
Parte 2. ¿Qué se entiende por “majayana inicial”?
Parte 3: Origen y formación de los sutras majayana
Parte 4: Principales sutras majayana
Parte 5: Colecciones canónicas y antologías de sutras majayana
18 comentarios
Interesante y esclarecedor artículo Ven. Aigo.
Gracias y esperamos el siguiente para continuar aprendiendo.
Muchas gracias Laura por tu amable comentario.
Muchisimas gracias Aigo. Muy interesante asi como esclarecedor. Kunga
Muchas gracias Kunga por tus amables palabras. ¡Que todo te sea muy auspicioso!
Gracias Ven Aigo por su labor en el Dharma.
Me ha quedado un poco más claro, ya que antes tenía mis dudas, sobre qué corriente seguir, pero poco a poco, voy entendiendo que lo importante es nuestra motivación genuina, y eso va disipando dudas, producidas por el egocentrismo.
Todavía no soy un «entendido», y me queda mucho estudio por delante, esperando que siga teniendo esta preciosa oportunidad en esta vida, y hacer lo posible para ello, pero el Sutra del Corazón, es el que suelo recitar, y poco a poco, me va ayudando a comprender.
Espero que este artículo sea para beneficio de todos los seres, sin excepción.
Me alegro mucho Francis por tu clarificación y por tu interés en seguir estudiando y practicando el Dharma. Respecto al Sutra del corazón de la Prajñaparamita, hay un excelente comentario de S. S. el 14°. Dalai Lama traducido al español (lo encontrarás en la bibliografía). ¡Que todo te sea muy auspicioso!
Infinitas gracias por su generosidad, muy clasificador
Muy clarificador!
Muchas gracias Ven Aigo esperamos la segunda parte .Muy interesante
Muchas gracias Míriam y Jamyang, me alegro de que os esté siendo interesante el artículo. ¡Hasta la próxima entrega!
Muchas gracias por este clarificador artículo. Quedo a la espera de las continuaciones.
Muchas gracias Fernando por tu amable comentario. Hacia finales de septiembre se publicará la Parte 2. ¡Que todo te sea muy auspicioso!
Maravilloso artículo, muy clarificador y didáctico. Gracias.
Muchas gracias Pablo por tu comentario. Me alegro de que el artículo te resulte interesante. ¡Que todo te sea muy auspicioso!
Sensei, gracias por este elaborado artículo.
Me sirve para aprender, ya que desconozco este tema que estás tratando.
Te deseo todo lo mejor para que puedas seguir estudiando, para que puedas continuar compartiendo tu conocimiento. Gracias, Sensei Aigo.
Muchas gracias Rosa por tu amable comentario. Efectivamente, en el presente contexto, mi labor consiste principalmente en tratar de explicar temas bastante complejos con un lenguaje más sencillo y ameno, sin que los contenidos pierdan rigor académico y documental. Saber si lo he conseguido o no, dependerá de las preguntas y comentarios que aporteis a este Blog. ¡Que todo te sea muy auspicioso!
Muchas gracias maestro.
Muchas gracias a ti Her-Hur por tu comentario.
¡Que todo te sea muy favorable!