Inicia sesión

¿Qué se entiende por “majayana inicial”?

Como ya indicamos en la primera parte de este artículo, Lo que el majayana no es: refutaciones de hipótesis erróneas, centraremos nuestros esfuerzos en ofrecer algunos de los resultados más relevantes respecto al origen del majayana desde una perspectiva documental e histórica. Tales datos son el fruto de varias décadas de investigaciones llevadas a cabo por destacadas autoridades académicas que hoy día pueden responder con acierto a las numerosas incógnitas que ha suscitado todo lo relacionado con la génesis del majayana desde hace más de dos siglos.

De modo que, en la presente parte dejaremos que las fuentes textuales, la arqueología, la epigrafía, la filología y los testimonios históricos más fidedignos den respuesta a preguntas tales como: ¿Qué significa el término “majayana” desde la perspectiva documental y filológica? ¿Cuáles son los documentos arqueológicos y epigráficos más antiguos referentes al gran vehículo? ¿En qué consistió originalmente el vehículo del bodhisattva y en qué momento histórico surgió? Dado que la aparición del majayana supuso un cambio doctrinal sin precedentes, ¿cuáles fueron las respuestas proporcionadas por las diversas comunidades budistas tradicionales de la India ante dicho cambio? 

Quizá pienses que tener conocimiento de tales temas no aportará gran beneficio a tu estudio y práctica del Dharma, e incluso, puede que creas que son un estorbo que obstaculiza tu evolución como bodhisattva. Sin embargo, te invitamos a que suscites tu curiosidad y pensamiento crítico, a que entres en conversación con los contenidos de esta parte y, tras su lectura y reflexión, extraigas tus propias conclusiones.
 

Contenidos

  1. Definiciones fundamentales
    1. Significado original de la expresión “majayana”
    2. Clarificaciones desde la filología
    3. El “gran vehículo” no se contrapone a un “vehículo menor”
  2. Arqueología y epigrafía
    1. Siglo II e. c.
    2. Siglo IV e. c.
    3. Siglos V-VI e. c.
    4. Siglo VI e. c.
  3. El vehículo del bodhisattva
  4. Ideas fundacionales
  5. Prácticas
  6. Diversidad de respuestas ante el cambio
    1. Oposición
    2. Controversia
    3. Convivencia
      1. Espacios compartidos
      2. Prácticas devocionales comunes
      3. Integración doctrinal

 

1. Definiciones fundamentales

Una vez despejadas las principales ideas falsas, distorsionadas o sesgadas referentes al gran vehículo, nos centraremos ahora en definir con la mayor exactitud posible su naturaleza original. Para ello, nos apoyaremos en la evidencia mostrada por los documentos originales, los estudios académicos elaborados a partir de dicha evidencia y ciertos datos aportados por la filología.

a. Significado original de la expresión “majayana”

Uno de los investigadores más destacados sobre el tema definió el “majayana” en los siguientes términos:

La evidencia acumulada en el último siglo y medio indica que el mahayana indio inicial fue principalmente un movimiento textual, centrado en la revelación, exposición y difusión de los sutras mahayana, el cual se desarrolló en el seno de las estructuras institucionales y sociales del budismo tradicional sin jamás apartarse de éste 

Drewes, 2010b, 67

En la misma línea de entendimiento se ha manifestado otro académico de prestigio internacional, para quien «el mahayana es un cuerpo de práctica ritual, preceptos, cultivo mental, filosofía y, en especial, un cuerpo de literatura… La numerosa producción de obras del género sutra constituye la seña de identidad del mahayana» (Skilling, 2013, 108).

Convendrá aclarar que, originalmente, los sutras no se autodenominaban como “majayana”, sino que se designaban con los apelativos de “extensos/desarrollados” (vaipulya), “profundos” (gambhira), o “sutras de esta clase” (evamrupa). El término “sutra majayana” no se generalizó hasta el siglo IV e. c. (Drewes, 2021a, 38).

b. Clarificaciones desde la filología

En cuanto al término sánscrito mahāyāna en sí, que normalmente se traduce como “gran” (mahā) “vehículo” (yāna) o “vehículo mayor”, sorprenderá saber que su origen es muy distinto. Un detallado análisis filológico ha demostrado que el término yāna es un desarrollo fonético del término prácrito jāṇa, que significa “sabiduría” o “conocimiento” (sánscr. jñāna, pali ñāṇa, gandhari ñāṇa) que aparece en ciertos sutras iniciales, entre ellos, el Sutra del loto blanco del Dharma verdadero. De modo que, una combinación de ambigüedad semántica y juego de palabras condujo de la voz original “gran sabiduría” (mahā-jāṇa/mahā-jñāna) hasta la expresión posterior de “gran vehículo” (mahā-yāna) (Karashima, 2015b, 179-188).

c. El “gran vehículo” no se contrapone a un “vehículo menor”

También resultará necesario aclarar que, en términos históricos y textuales, la palabra “gran vehículo” (mahāyāna) no es dependiente de su opuesto, “vehículo menor/inferior” (hīnayāna), sino que ha tenido un desarrollo independiente. De hecho, los sutras majayana alaban con profusión el “gran vehículo” sin necesidad de hacer referencias o comparaciones con el jinayana. Los orígenes relacionados con la noción de inferioridad del camino del arhat y del pratyekabuddha habría que buscarlos más bien, al menos en parte, en el concepto de “aspiración inferior” (hīna-adhimutta; hīna-adhimuttika) que ya se menciona en fuentes Theravada y en otras obras de las primeras escuelas (Skilling, 2013, 76-77).

Monjes indo-helénicos venerando las Tres Joyas sostenidas por el titán Atlas, monasterio de Nathu, Gandhara, s. II e. c., Indian Museum, Calcutta (India). Foto de SuvadipSanyal, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

 

2. Arqueología y epigrafía

Nos dirigiremos ahora a las pruebas arqueológicas y epigráficas para obtener un conocimiento más preciso respecto a las primeras fases de desarrollo del majayana en la India. Como veremos más adelante, deberá tenerse en cuenta que la existencia de tales documentos no anula la probabilidad de que el gran vehículo entendido como orientación existiese ya, al menos, dos siglos antes. Describiremos por orden cronológico un conjunto de inscripciones donde se hace mención del majayana de forma implícita o explícita, que nos darán un fascinante vislumbre de sus primeras etapas de evolución.

a. Siglo II e. c.

El primer documento que se ha conservado lo constituye la inscripción de Govindnagar (Mathura) grabada en el pedestal de una imagen del Buddha Amitabha, donde el comerciante Nagaraksita, en el vigésimosexto año del rey Huveska (153 e. c.) «erigió una imagen del Bienaventurado, el Buddha Amitabha, para la veneración de todos los buddhas. Que por esta raíz de mérito todos los seres vivos obtengan el conocimiento insuperable de un buddha». Se trata de un testimonio extraordinario que demuestra la existencia del majayana como movimiento público en un estado incipiente a mediados del siglo II e. c. (Schopen, 2005b, 258, 268).

b. Siglo IV e. c.

De este período, proviene un conjunto de inscripciones que portan la “fórmula majayana común”, que en su expresión más habitual dice «que el mérito de esta donación religiosa sea para la obtención del conocimiento insuperable (anuttara-jñana) de mis padres y de todos los seres» (Schopen, 2005a, 227-28, 237-38).

c. Siglos V-VI e. c.

Se trata de las inscripciones más antiguas donde por primera vez aparece mencionado explícitamente el término “majayana” y se fechan desde finales del siglo V e. c. a principios del VI e. c. En una de ellas, proveniente de Jayarampur (Orissa) y que data del 506 e. c., se hace referencia al bodhisattva Avalokiteshvara (Schopen, 2005b, 247).

d. Siglo VI e. c.

Por último, se mencionará un grupo de inscripciones donde aparece la expresión “seguidores del majayana” (mahāyanānuyāyin) (Schopen, 2005a, 237).

Así pues, la arqueología y la epigrafía nos ofrecen la evidencia de un complejo entramado social, donde miembros monásticos y seglares pertenecientes a diversas escuelas iniciales dan testimonio de su devoción y compromiso con una nueva manera de entender y practicar el Dharma que, con el transcurrir de varios siglos, llegaron a denominar como “gran vehículo”. Pero, ¿cuál fue el origen de todo ello?

Inscripción de Govindnagar, donde se lee: «Erigió una imagen del Bienaventurado, el Buddha Amitabha, para la veneración de todos los buddhas. Que por esta raíz de mérito todos los seres vivos obtengan el conocimiento insuperable de un buddha», mediados del s. II e. c., Government Museum, Mathura (India). Foto de Biswarup Ganguly, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons

 

3. El vehículo del bodhisattva

La mayoría de las primeras escuelas reconocieron la existencia de tres caminos o vehículos y sus frutos resultantes disponibles para ser recorridos por los discípulos monásticos y seglares de acuerdo a sus orientaciones individuales:

1) Vehículo del oyente (Shravaka-yana) que conduce al despertar del oyente (shravaka-bodhi, o estado de arhat).

2) Vehículo del “buddha por las condiciones/solitario” (Pratyekabuddha-yana) que conduce al despertar del pratyekabuddha (pratyeka-bodhi).

3) Vehículo del bodhisattva (Bodhisattva-yana) que conduce al estado de buddha, también denominado como despertar perfecto, completo e insuperable (anuttara-samyak-sambodhi), u omnisciencia (sarvajñata).

De acuerdo a este modelo de tres caminos, las diferencias entre vehículos se plantearon no tanto en términos de doctrinas o de textos canónicos, sino que más bien fue un asunto de finalidad. Por lo tanto, fue la aspiración del bodhisattva al logro del despertar supremo, esto es, la producción de la bodhichitta, la que estableció la distinción del gran vehículo respecto a los otros (Skilling, 2013, 114). 

Desde una perspectiva histórica, hacia el siglo I a. e. c. ciertos grupos de monjes y laicos decidieron centrarse exclusivamente en recorrer el camino del bodhisattva y, con el transcurso del tiempo:

Algunos de ellos ensalzaron esta opción hasta el punto de afirmar que todos los demás no solo podrían, sino que deberían unirse a la comunidad de bodhisattvas y emprender el camino hacia el despertar completo. Para ellos, el camino del bodhisattva se convirtió en el gran vehículo, el mahayana. Los orígenes del mahayana como identidad y movimiento consciente radican en esta idea

 Skilling, 2013, 82

Cabeza de bodhisattva, arte indo-helénico de Gandhara, terracota, ss. IV-V e. c., Asian Civilisations Museum (Singapur). Foto de Jnzl’s Photos, CC BY 2.0, via Wikimedia Commons

 

4. Ideas fundacionales

Ahora bien, ¿en qué consistió concretamente ese camino del bodhisattva del majayana primordial? Pondremos énfasis aquí en seis ideas fundacionales que constituyen asimismo las fases clave de la carrera del bodhisattva, elaboradas durante un período dotado de un amplio espectro interpretativo todavía exento de sistematización (Harrison, 1987, 80; 1993, 171-72; Schlosser, 2019, 36-41):

1) El pensamiento de aspiración hacia la iluminación (bodhicittotpada), por el cual la persona anhela por primera vez al logro del estado de buddha y se convierte en bodhisattva.

2) Si bien se hace mención de ciertos bodhisattvas superiores por sus nombres personales ―p. ej. Sadaprarudita, Manyushri―, no se describe ninguna práctica con el propósito de rendirles culto. Por el contrario, se subraya el hecho de que los seguidores del majayana, en vez de venerarlos, deberán transformarse a sí mismos en bodhisattvas.

3) El logro del reconocimiento de que los fenómenos (dharmas) no surgen (anutpattika-dharma-ksanti).

4) El logro de la no retrocesión (avaivartika), por el cual el bodhisattva tiene la certeza definitiva de no involucionar y de obtener el estado de buddha.

5) La predicción (vyakarana) promulgada por el Despierto de que el bodhisattva que se halla a su servicio, logrará sin duda el estado de buddha. Dicha predicción se describe con gran detalle, haciendo mención del período cósmico concreto en que tendrá lugar el logro, el nombre de buddha que recibirá en dicho momento, así como su tierra, asamblea de discípulos y tiempo de duración.

6) La perspectiva de la vacuidad, entendida como el no aferramiento a ningún fenómeno (anupalambha), que constituye el fundamento de las ideas anteriores y subyace a la observancia de los preceptos y la práctica de la meditación.

El Bodhisattva Avalokiteshvara imparte el Dharma a una devota; folio del Sutra de la perfección de la sabiduría en ocho mil líneas, acuarela opaca sobre hoja de palma, s. XII e. c., Bengala (India), Metropolitan Museum of Art, New York (EE. UU.). Foto de Metropolitan Museum of Art, CCO, via Wikimedia Commons

 

5. Prácticas

En lo referente a las prácticas, se destacarán seis modalidades que se describen con mayor o menor detalle en el conjunto de sutras iniciales del gran vehículo (Drewes, 2021a, 55-63): 

1) Las seis perfecciones o paramitas y de estas se pone de relieve la primera: la generosidad (dana). Asimismo, son numerosos los sutras majayana que promueven la práctica del regocijo (anumodana) por las acciones virtuosas de otros seres, junto con la dedicación del mérito resultante al despertar supremo.

2) Veneración a las reliquias y los textos sagrados introducidos en las estupas.

3) Construcción de imágenes de los buddhas ―en especial, Aksobhya y Amitabha― y prácticas asociadas para renacer en sus respectivas tierras.

4) Práctica de las concentraciones especiales (samadhi) descritas en ciertos sutras majayana.

5) Veneración a los “oradores del Dharma” (dharmabhanakas).

6) Prácticas vinculadas a los sutras del gran vehículo. Sin duda, se trata de las actividades más reiteradas y recalcadas que, en su versión más desarrollada, incluye siete: escuchar los sutras, memorizarlos, recitarlos, promulgarlos, exponerlos, copiarlos y venerarlos (Drewes, 2010b, 68-69).

Debido al destacado énfasis en dichas prácticas, se ha considerado que el movimiento majayana podría definirse como un “culto del libro”, pero el hecho de que ya existiesen prácticas centradas en textos efectuadas por las primeras escuelas antes del surgimiento del gran vehículo y en ámbitos no budistas, hace que no resulte correcta dicha identificación (Drewes, 2021a, 46).

En cualquier caso, lo que sí puede afirmarse con toda certeza es que el gran vehículo dio una relevancia superlativa a la valorización y perduración de los sutras, pues no los contempló meramente como textos que “explican” determinadas doctrinas, sino como la manifestación misma del verdadero cuerpo del buddha (O’Neill, 2020a, 55).

En concreto, son frecuentes los pasajes en los que el sutra se refiere a sí mismo como portador de un mérito infinitamente mayor que el derivado de cualquier otro acto virtuoso convencional:

Subhuti, si un bodhisattva-mahasattva colmase sistemas cósmicos inconmensurables e incalculables con las siete sustancias preciosas y los ofreciera como donación, y si un hijo o hija de noble familia, tras tomar de esta perfección de la sabiduría una estrofa o incluso cuatro líneas y la preservase, la enseñase y la dominase, sin duda, este último producirá un mérito inconmensurable e incalculable, mucho mayor que el primero 

Schopen, 1989, 130

Pasajes como éste y otros similares deberán entenderse como recursos que tienen por objeto promover la posición del sutra, así como su preservación y propagación (O’Neill, 2020a, 54).

 Otros recursos descritos en lo sutras se relacionan con el propósito de perdurabilidad, en el sentido de hacer que el valor soteriológico del sutra se perpetúe en el tiempo y aquí la veneración dirigida a los sutras se muestra como la actividad fundamental:

Ananda, por consiguiente, el bodhisattva que desee adquirir el conocimiento de la omnisciencia deberá centrarse en esta perfección de la sabiduría, escucharla, aceptarla, estudiarla, difundirla, repetirla y escribirla. En el momento en que, por el poder sustentador del Tathagata, haya quedado bien escrita, en letras muy claras, en un gran libro, el bodhisattva deberá honrarla, reverenciarla, adorarla y venerarla con flores, incienso, perfumes, guirnaldas, ungüentos, polvos aromáticos, mantos, parasoles, banderas, estandartes, campanas y circundarla con lámparas, así como con múltiples clases de veneración. Esta es nuestra exhortación hacia ti, Ananda. Pues en esta perfección de la sabiduría el conocimiento de la omnisciencia culmina su perfección 

Conze, 1975, 299

Relicario de Bimaran, que muestra una de las representaciones antropomórficas más antiguas del Buddha Shakyamuni, acompañado por los dioses Brahma (izda.) y Shakra (dcha.), oro repujado con rubíes incrustados, mediados del s. I e. c., hallado en la estupa nº 2 de Bimaran, Jalalabad (Afganistán), British Museum (London). Foto de World Imaging, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

 

6. Diversidad de respuestas ante el cambio

Como bien podrá suponerse, dicha orientación exclusiva hacia el camino del bodhisattva no recibió una aceptación unánime entre las comunidades de las primeras escuelas. Muy al contrario, provocó inevitablemente reacciones adversas, tanto del lado de los promotores del majayana como de aquellos que se resistieron a reconocerlo, en lo que se ha venido a calificar como de “conflicto del cambio” (Tola y Dragonetti, 1996). Las fuentes nos hablan de una compleja red de respuestas que podrían resumirse en tres actitudes: oposición, controversia y convivencia. Señalaremos a continuación algunos de los testimonios más relevantes.

a. Oposición

Es raro encontrar un sutra majayana de la primera fase que no contenga pasajes donde haga referencia a la repulsión, miedo, o desconcierto provocados por las enseñanzas del gran vehículo. Así, por ejemplo, en el Sutra de la perfección de la sabiduría en ocho mil líneas se dice: «Pues la perfección de la sabiduría es la cosa más preciosa en el mundo con sus dioses, seres humanos y asuras… Por otra parte, se producirán numerosos obstáculos a esta profunda perfección de la sabiduría… pues las cosas muy preciosas provocan gran hostilidad. Cuanto mayor sea su excelencia, más violenta será la hostilidad» (Conze, 1975, 150). 

En el Sutra del loto blanco del Dharma verdadero se dice «oh Bhaishajyaraja, esta exposición de la doctrina propia del Tathagata aún mientras él vive es rechazada por mucha gente, ¿qué no decir de cuando él se haya nirvanizado por completo?» (Tola y Dragonetti, 2010, 343).

Y en el Sutra sobre la enseñanza de Vimalakirti se hace alusión a las dos causas que perjudican a los bodhisattvas principiantes y les impide «alcanzar la comprensión de los dharmas profundos»: el miedo incrédulo y desaprobador respecto a los sutras majayana y el rechazo a venerar a los dharmabhanakas, e incluso los improperios lanzados contra ellos (Tola y Dragonetti, 2018, 268).

Los argumentos esgrimidos por los estrictos adherentes a las doctrinas de las primeras escuelas con los que pretendían repudiar el majayana, podrían recogerse en tres puntos (Tola y Dragonetti, 1996, 252-53):

•  Los sutras del gran vehículo no son la “palabra del Buddha” (buddhavachana).

•  Dichos sutras fueron compuestos por Mara el Maligno, por individuos ordinarios dotados con habilidades lingüísticas, o por seguidores de doctrinas falsas; no son más que compilaciones adulteradas. 

•  Las enseñanzas contenidas en tales sutras no constituyen la enseñanza del Buddha. Proposiciones como el no surgimiento y la no cesación de los fenómenos, el estado de quiescencia desde el comienzo y la naturaleza nirvánica por naturaleza de los fenómenos, las seis perfecciones, o el despertar perfecto, completo e insuperable, no son enseñanzas genuinas impartidas por el Buddha.

b. Controversia

Resultan igualmente numerosos los casos de porfiadas controversias documentadas históricamente entre proponentes del majayana y seguidores de las primeras escuelas. Quizá uno de los ejemplos más paradigmáticos sea el de Vasubandhu (c. ss. IV-V e. c.) que, según la biografía redactada por Paramartha (499-569 e. c.), «se aferraba al hinayana y no creía en el mahayana, pues afirmaba que el mahayana no había sido promulgado por el Buddha». Sin embargo, debido a la elocuente intervención de su hermano Asanga (c. ss. IV-V e. c.), convenció a Vasubandhu para que dejase de difamar el gran vehículo y utilizase su hábil lengua «para exponer el mahayana» (Li, 2002b, 50-52).

Otro caso digno de mención es el vivido por el monje peregrino y traductor Xuanzang (600-664 e. c.), del que se conservan sus exactas descripciones geográficas y etnográficas recopiladas durante sus dieciséis años de estancia en la India. En cierta ocasión, Xuanzang venció con sus argumentos a un grupo de oponentes shravakas y brahmanes, pero estos, cegados por el odio, no aceptaron la derrota y elaboraron un plan para asesinarlo. Solo el apoyo recibido por el rey Shiladitiya impidió la muerte de Xuanzang y le permitió a este «que numerosas personas desechasen los postulados hinayana y aceptasen las enseñanzas mahayana». Asimismo, Xuanzang dio noticia de otros maestros que se enzarzaron en encarnizadas disputas con el fin de denigrar el gran vehículo (Li, 1995, 39-40, 69-70, 80, 130,144, 147-48).

Imagen de Xuanzang en su peregrinaje a la India, pintura mural, c. 851-900 e. c., cueva nº 17 de las Cuevas de Mogao, Dunhuang (China), British Museum (London). Foto de Unknown painter, Dun Huang, circa 851-900 A.D., Public domain, via Wikimedia Commons

c. Convivencia

Afortunadamente, de las situaciones de oposición y controversia se pasó gradualmente a períodos de convivencia en el que las primeras escuelas y las tendencias majayana ubicadas en diversas regiones de la India compartieron espacios, prácticas devocionales y variados procesos de integración doctrinal. De nuevo, los relatos históricos de los monjes peregrinos chinos nos aportan preciosos datos que ilustran las tres modalidades de relación señaladas. 

Pero antes, convendrá aclarar que al hacer mención de “monasterios jinayana” o “monasterios majayana”, no se refiere a instituciones independientes, como ya se indicó con el pasaje de Yijing citado en la Parte 1 de este artículo ―Lo que el majayana no es: refutaciones de hipótesis erróneas―. En ambas denominaciones se trata de centros monásticos que se atienen a determinados Vinayas, si bien en el caso “jinayana” siguen únicamente las enseñanzas shravaka, mientras que en el caso “majayana” además de aprender las doctrinas shravaka también estudian el gran vehículo.

i. Espacios compartidos

Son abundantes las descripciones que reconocieron la coexistencia pacífica y armoniosa entre comunidades shravakayana y majayana en la India antigua y medieval. El primero en ponerlas de relieve fue Faxian (c. 337-422 e. c.) quien residió en la India y Sri Lanka durante catorce años con el propósito de compilar códigos de Vinaya, de ahí que fuese testigo directo de la vida monástica durante aquel tiempo. En Lakki (Lakki Marwat, actual Pakistán), Faxian dio noticia de «casi tres mil monjes que estudiaban el mahayana y el hinayana». En Sankasya (Uttar Pradesh, India) observó «unos mil monjes y monjas que compartían alimentos ofrecidos por los laicos y estudiaban las enseñanzas mahayana e hinayana». 

En Pataliputra (Patna, Bihar, India) Faxian visitó un monasterio majayana y otro jinayana, donde vivían seiscientos o setecientos monjes «con el máximo orden y perfecto decoro; monjes de elevada virtud y eruditos provenientes de las cuatro direcciones venían a este monasterio en busca del conocimiento y la verdad. El maestro, de nombre Mañyushri, era venerado por los monjes virtuosos y los monjes mahayana». Y también en Pataliputra, Faxian obtuvo una copia del Vinaya de la escuela Mahasamghika de un monasterio majayana, que según la tradición «fue el Vinaya observado por la primera comunidad de monjes durante la vida del Buddha y fue transmitido desde el Vihara de Jetavana» (Li, 2002c, 174, 179, 191, 202). 

El pormenorizado relato de Xuanzang también da cuenta del incremento de la convivencia entre comunidades shravaka y majayana, acaecido dos siglos después por toda la India. Así, en regiones del norte como Kuluta, Samvrji, Nepal y Parvata, del centro como Mathura, Kanyakubja, Ayodhya y Pundravardhana, del oeste como Maharastra, Surattha y Langala, y del sur como Bharukacchapa, Xuanzang reconoció cientos de monasterios donde miles de monjes «estudiaban las enseñanzas mahayana e hinayana». 

En el caso del país de Simhala (actual Sri Lanka), Xuanzang hizo notar dos escuelas, la Mahavihara, que rechazaba el majayana y promovía los postulados jinayana, y la escuela de Abhayagiri, que estudiaba las enseñanzas de ambos vehículos y propagaba el Tripitaka. El peregrino chino quedó admirado por los monjes de Abhayagiri, pues eran «estrictos y puros en la práctica de las reglas de disciplina, expertos en meditación y tienen una brillante sabiduría. Muchos de ellos se atienen a un comportamiento modélico y sirven como maestros de buena conducta» (Li, 1996, 103-04, 105, 121, 132, 190, 192, 264, 292, 296, 298, 303, 306-07, 308). 

A modo de síntesis, un análisis estadístico de las cifras de población monástica mencionadas por Xuanzang indica que, al menos, hacia el siglo VII e. c. de un total de doscientos mil individuos ordenados, casi la mitad de los monjes y monjas de la India pertenecían al gran vehículo (Williams, 2009, 44; Harvey, 2013, 109).

Templo majayana de Buduruwagala compuesto por siete esculturas rupestres; centro: Buddha Shakyamuni; grupo de la izquierda: Avalokiteshvara (centro), Tara (dcha.) y príncipe Sudhana (izda.); grupo de la derecha: Maitreya (centro), Vajrapani (dcha.) y Brahma (izda.), s. X e. c., Wellawaya, distrito de Monaragala (Sri Lanka). Foto de Z thomas, CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons 

ii. Prácticas devocionales comunes

En el ámbito de la práctica devocional dirigida a figuras modélicas del Dharma, tanto Faxian como Xuanzang describen con cierto detalle un ritual celebrado en la ciudad de Mathura hacia el final de los tres meses de ayuno y en los seis días de ayuno asignados a cada mes. Dado que en dicha población se erigieron estupas en honor a los discípulos shravakas Shariputra, Maudgalyayana, Purnamaitrayaniputra, Upali, Ananda y Rahula, así como en honor a la Madre de los buddhas la Prajñaparamita y bodhisattvas como Mañyushri y Avalokiteshvara, los devotos vinculados particularmente a cada uno de ellos efectuaban ofrendas de flores, incienso, doseles enjoyados, estandartes con perlas y otros objetos preciosos a sus respectivas imágenes. 

De este modo, aquellos que estudian Abhidharma hacen ofrendas a Shariputra, los que practican meditación a Maudgalyayana, los recitadores de sutras a Purnamaitrayaniputra, los estudiantes del Vinaya a Upali, las monjas (bhiksunis) a Ananda, los novicios (shramaneras) a Rahula y los estudiantes del majayana a diversos bodhisattvas. El ambiente producido por tan pletórica veneración era tan intenso, que «el humo del incienso impregna el aire como si fuesen nubes y las flores esparcidas son tan abundantes que oscurecen el sol y la luna, causando un gran tumulto en los valles». Sin duda, el hecho de que en Mathura hubiese veinte monasterios con más de dos mil monjes residentes dedicados al estudio de «las enseñanzas mahayana e hinayana» favoreció dicho ambiente de armonía y cohesión devocional (Li, 2002c, 176; 1996, 106).

iii. Integración doctrinal

Por último, señalaremos que el proceso de coexistencia armoniosa iniciado aproximadamente a principios del siglo IV e. c. culminaría en una integración doctrinal shravaka-majayana hacia los siglos VI-VII e. c. ya descrita por Yijing, que en sus aspectos fundamentales llegaría a implantarse, primero en determinadas regiones con notable relevancia sociopolítica y, finalmente en toda la India. Ilustraremos dicha realidad con dos situaciones descritas respectivamente por Xuanzang y Yijing.

Xuanzang describe el país de Udyana (actual Valle de Swat, Pakistán), donde llegó a existir una comunidad de dieciocho mil monjes, versados en las enseñanzas majayana, la meditación silenciosa y la recitación de sutras, tratados y dharanis. Asimismo, observaban con pureza las reglas de disciplina de acuerdo a cinco tradiciones del Vinaya: Dharmaguptaka, Mahishasaka, Kashyapiya, Sarvastivada y Mahasamghika (Li, 1996, 71).

En el caso de Yijing, éste hizo referencia a la norma de que todos los monjes novicios de «las cinco partes de la India, con independencia de que pertenecieran al mahayana o al hinayana» debían aprender a recitar dos obras compuestas por el monje Matrceta (c. s. III e. c.), uno de los más célebres poetas en sánscrito del Dharma en la India: el Himno de las cuatrocientas estrofas (Chatuh-sataka-stotra) donde se dilucidan las seis perfecciones y el Himno de las ciento cincuenta estrofas (Shatapañcha-sataka-stotra) en el que se alaban las virtudes superiores del Buddha Shakyamuni (Li, 2000, 141-42).

Monjes participantes en un encuentro entre fraternidades (Darshan) theravada y majayana en el templo Mahabodhi, 2014, Bodhgaya, Bihar (India). Foto de Sur Chakrabarty, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Teniendo como bagaje todo lo relatado hasta aquí, ahora contamos con ciertas condiciones favorables para introducirnos en la Parte 3: Origen y formación de los sutras majayana.

 


 

Reflexión

Comenta brevemente qué te ha aportado la lectura de esta Parte 2 dedicada al majayana en su período formativo.

 


 

Foto principal

Unión de las cordilleras del Himalaya (dcha.), Hindú Kush (centro) y Karakórum (izda.), y confluencia de los ríos Indus y Gilgit, en Jaglot (1.988 m s. n. m.), distrito de Gilgit-Baltistán (Pakistán).  Foto de Ziegler175, CC BY-SA 3.0

 


 

Bibliografía

La bibliografía completa de las cinco partes que componen este artículo sobre Los sutras del Dharma del gran vehículo (majayana) se encuentra en este enlace.

Te proporcionaremos un enlace a cada parte de este artículo en nuestras redes sociales a medida que se publiquen. ¡Manténte atento/a!

Parte 1: Lo que el majayana no es: refutaciones de hipótesis erróneas

Parte 3: Origen y formación de los sutras majayana

Parte 4: Principales sutras majayana

Parte 5: Colecciones canónicas y antologías de sutras majayana

 


 

Picture of Venerable Aigo Seiga Castro

Venerable Aigo Seiga Castro

Ven. Aigo Seiga Castro es maestro de la Tradición Zen Soto reconocido por la escuela budista Zen Soto del Japón. Es Máster en estudios budistas por la University of Sunderland (Reino Unido), investigador y traductor de textos del Dharma y colaborador de Paramita.

10 comentarios

  1. Muchas gracias a ti Ruth por tu interés.
    ¡Que todo te sea muy auspicioso!

  2. Muchas gracias Ven. Aigo, su artículo ha sido como un viaje al pasado que ayuda a entender un poco mejor el presente.

    Un abrazo!🙏🏽🫂☸️

  3. Muchas gracias Óscar por tu amable comentario. Me atrae la idea de indagar en el origen de los fenómenos espirituales, y el comienzo del majayana es quizá uno de los más complejos y apasionantes. Espero que esta modesta contribución al tema estimule tu curiosidad.

    ¡Que todo te sea muy favorable!

  4. Muchas gracias Ven.Aigo
    Me hizo interiorizar un poco más en este camino tan rico y a la vez complejo para mí occidental!!! Gracias!!!

  5. Me alegro mucho Corina por lo que te aporta esta Parte 2.

    ¡Que todo te sea muy auspicioso!

  6. Cuando leemos sobre los momentos históricos y en esas geografías tan lejanas y con una óptica distinta, me ha enseñado a que las cosas no son como uno quiere o puede ver las enseñanzas porque en su progreso y evolución pudo integrarse la filosofía original aunque tenemos las escuelas que hoy existen para acercarse a cada uno de nosotros de acuerdo a nuestras condiciones kármicas. En el budismo tibetano siento que el camino majayana es el adecuado para integrar una población mayor como la que ya existe. He podido ver que el budismo sen japonés difiere en las prácticas pero el budismo tiene su raíz común. Tashi Delek

  7. Muchas gracias Laura por tu amable comentario. Como bien dices, el Dharma del Buddha tiene una característica muy especial que lo distingue de otros caminos espirituales: sus enseñanzas originales han producido numerosas interpretaciones que han sabido conservar su base común.

    ¡Que todo te sea muy favorable!

  8. Mil gracias por compartir su synthesis. Ahorita, disfruto de las enseñanzas y paz que mi recién descubrimiento del budismo me trae poco a poco. Por temas de lingüística me atrevo a decir que mi viaje necesita que intente acercarme a un idioma vehiculando la cultura budista. Debería elegir sanskrito o tibetano para mejor entender o ser útil? Hablo francés como idioma materna, anglès de escuela, español de corazón y aprendo catalán con motivo de desarrollo personal. Muchas gracias por ayudarme si se puede en la elección que quisiera hacer entre ambos idiomas. Jessica

  9. Muchas gracias Jessica por tu amable mensaje. Respecto a tu pregunta sobre qué idioma elegir para «mejor entender» el Dharma del Buddha, creo que tanto el sánscrito como el tibetano te serán muy útiles para comprender en profundidad las enseñanzas. Dado que la mayoría de textos clásicos (Sutras, comentarios, etc.) se escribieron en sánscrito y se tradujeron al tibetano y al chino, tener conocimiento del sánscrito y del tibetano (¡y también del chino!) te será muy útil. Sin embargo, hay un problema: para aprender bien dichos idiomas necesitarás muchos años de duro aprendizaje (a ser posible, con profesores competentes) y como no sé el tiempo del que dispones para dedicarte a ello, para ser prácticos, te recomiendo que centres tus esfuerzos en aprender tibetano, tanto su modalidad clásica (que te permitirá leer los textos en su lengua original) como en su modalidad moderna (que te permitirá hablar con Lamas y recibir enseñanzas de ellos de manera más directa). En fin, ¡espero haber respondido a tu pregunta!
    Un cordial saludo.

Deja una respuesta