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Tara Blanca, deidad de la Larga Vida

La Buddha femenina Tara se manifiesta de múltiples formas. Una de ellas es Tara Blanca, la deidad de larga vida que puede ayudarnos a apaciguar el sufrimiento y a superar las enfermedades y los obstáculos.

Venerada en el budismo tibetano, sus prácticas se han conservado en los principales linajes de transmisión y están asociadas a los grandes maestros. Sin embargo, no siempre tenemos a nuestro alcance el acceso a su significado, así como tampoco el poder establecer un verdadero lazo con esta destacada figura.

Conscientes de que las ocasiones de penetrar el misterio de Tara Blanca son escasas, merece la pena considerar aquellas que se nos presentan.

Conozcamos algo más sobre nuestro resplandeciente personaje.
 

Contenidos

  1. ¿Quién es Tara Blanca?
    1. Su origen
    2. Sus cualidades iluminadas
    3. Su imagen iconográfica
  2. Los beneficios y la motivación para practicar
    1. ¿Por qué su práctica?
    2. ¿Qué nos acerca a esta iniciación?
  3. Invitación a Tara Blanca

 

1. ¿Quién es Tara Blanca?

Desde el punto de vista del vajrayana, Tara Blanca ―Drolkar en tibetano y Sitatara en sánscrito― es una Buddha completamente iluminada con todas sus cualidades y bajo una apariencia femenina. Ella es el Buddhadharma ―las enseñanzas del Buddha y las realizaciones que se van adquiriendo con su práctica: estudio, reflexión y meditación― manifestándose bajo la apariencia de una mujer joven, que se conmovió por el sufrimiento de los seres.

Se trata, al igual que Tara Verde, de una emanación de Arya Tara, La Noble Liberadora ―aquella princesa que eones atrás alcanzó la iluminación como resultado de practicar el Dharma y generar la poderosa aspiración de liberar del sufrimiento a millones de seres―. Y aunque la manifestación de Arya Tara asociada al color esmeralda sea la más extendida, bajo su aspecto blanco y sereno goza de gran popularidad dentro del budismo tibetano. 

Recordemos que las emanaciones como Tara Blanca ―según se explica en “El Buddha de la Compasión”― son figuras búdicas que se manifiestan por la gracia de los buddhas ―como Arya Tara― para representar aspectos de la budeidad que pueden ser de beneficio para todos.

Tara Blanca forma parte del panteón budista ligado a los Himalayas, y es una deidad muy venerada especialmente en Tíbet y Mongolia, ocupando su lugar como una buddha femenina al estar asociada con las más altas prácticas del budismo vajrayana. Entre sus cualidades particulares destacan las relacionadas con favorecer la larga vida ―para la práctica del Dharma― y propiciar una buena salud.

a. Su origen

La figura de Tara habría llegado a las altas planicies del Himalaya por varias vías de transmisión y en diferentes momentos. Según las crónicas, su introducción en Tíbet bajo el aspecto de Tara Blanca se remonta a la época del primer rey de la dinastía Yarlug, Songtsen Gampo (617-649).

Aunque solo posteriormente, cuando los tibetanos consideraron que este era una emanación de Avalokiteshvara, se entendió que sus dos esposas principales, la china Wengchen y la nepalesa Bhrikuti, habían sido emanaciones de Tara Blanca y Tara Verde, respectivamente.

Se cuenta también que estos dos aspectos de Tara habrían surgido de las lágrimas de Avalokitesvara, brotando como manifestación de su compasión sin limites por el sufrimiento de todos los seres.

Por otro lado, en las referencias escritas, nuestra protagonista adquiere importancia en la segunda oleada de implantación del budismo en Tíbet, allá por el siglo XI. Será entonces cuando se traduzca al tibetano El tantra que se dice en el origen de todos los ritos de Tara ―incluido en el Kangyur―, el cual contiene Las Alabanzas a las Veintiuna Taras. Tara Blanca cobrará cierta relevancia entonces gracias, entre otros, al gran Atisha (982-1054), quien la tuvo como una de sus prácticas principales.

b. Sus cualidades iluminadas

Tara Blanca reúne la energía de las actividades iluminadas de todos los buddhas de todos los tiempos, y comparte las mismas cualidades: una compasión sin límites, sabiduría trascendental y el poder de dar refugio. Mientras que su cualidad distintiva es ofrecer fuerza y sabiduría para disipar el miedo a la muerte y permitir vivir con energía positiva para, de esa manera, ayudar a los demás.

Por tratarse de una emanación de Arya Tara, es venerada como “la Madre de todos los Vencedores” ―buddhas y bodhisattvas―, “la encarnación del aspecto maternal de la compasión”, y también como “la Salvadora”, la que nos guía hacia la otra parte o, dicho de otro modo, la que nos ayuda a recorrer el sendero espiritual.

Conocida también como Drolma Karmo en tibetano, es una de las principales deidades de longevidad. Con ella da comienzo la plegaria de larga vida dedicada a S. S. Gongma Trichen ―cabeza de linaje de la Tradición Sakya―, que dice: «Suplico a la Deidad de Siete Ojos que te otorgue larga vida inmortal (…)». Además, por estar asociada con favorecer una vida más longeva, lo está también con el apaciguamiento de todo tipo de enfermedades. ¿Quién no querría tenerla de su lado?

En resumen, podemos acudir a su aliento para que nos asista, rauda y veloz, en la superación de los obstáculos del camino, atendiendo a nuestras diversas necesidades, o bien, de manera particular, para procurarnos una mejor salud y una larga existencia.

c. Su imagen iconográfica

Dicen los maestros que cuando nos encontramos ante imágenes de seres iluminados como Tara Blanca, estamos expuestos a sutiles beneficios derivados de la geometría sagrada, cuidada y precisa, bajo la cual están compuestas.

En el vajrayana, los yoguis y yoguinis utilizan estas representaciones de figuras búdicas para descubrir sus nobles cualidades y actualizar diferentes aspectos del sendero espiritual.

En las imágenes de Tara Blanca, esta se presenta con un aspecto juvenil, con la apariencia de tener unos dieciséis años, sonriente y con un cuerpo de color blanco radiante ―dorado en el caso de las estatuas―. Sin embargo, ofrecen variaciones según los linajes de transmisión y las influencias culturales. Entre las distintas formas en las que aparece representada, una de las habituales es la siguiente:

Con siete ojos 

Un tercer ojo en la frente, en vertical, y uno más en cada palma de las manos y plantas de los pies. Símbolo de la vigilancia de su mente compasiva, capaz de mirar en cualquier dirección para llegar a todos los seres.

Sentada 

En la postura vajra o adamantina (sánscr. vajraparyanka), esto es: cruzando las piernas y con los tobillos descansando sobre los muslos opuestos. Esta postura se conoce en otros ámbitos como el loto completo.

Dos manos y la flor

Con su mano derecha en el gesto de la generosidad suprema y la izquierda en posición de dar refugio. Con esta, sostiene el tallo de una flor de loto (sánscr. padma) abierta, de color blanco con irisaciones rosadas ―aunque según la línea de transmisión podría tratarse de una flor de loto azul (sánscr. utpala―, que simboliza el florecer de los logros espirituales, y se abre a la altura su oreja izquierda. En ocasiones, del mismo tallo brotan tres flores en diferentes momentos del crecimiento en representación de los buddhas de los tres tiempos.

Ornamentos

Aparece engalanada con los trece ornamentos del sambhogakaya ―(lit. “cuerpo de gozo”) una de las dimensiones de los buddhas que se manifiesta como un cuerpo de luz a los bodhisattvas de alto nivel―. Entre ellos: una corona de cinco puntas enjoyada, profusión de collares y pulseras, pendientes, la ushnisha ―protuberancia en la coronilla de los buddhas― adornada y finos tejidos estampados con formas florales cubriendo su cuerpo.

Colores

Su imagen de color blanco vendría a simbolizar la pureza, la verdad inmaculada del Dharma y la más perfecta sabiduría. Este color también se relaciona con su forma apacible ―una de las cuatro que contempla el tantra―. Además, es frecuente verla representada con algún tono rojizo, muestra del vínculo con la familia del Buddha Amitabha ―personificación de la compasión de todos los buddhas―, quien está asociado simbólicamente al color rojo oscuro.
 

2. Los beneficios y la motivación para practicar

Las principales tradiciones budistas tibetanas mantienen vivas las prácticas de Tara Blanca ―existiendo tanto versiones breves como extensas―. Y aunque puede que haya variaciones entre ellas, en todas, la figura principal es la de una buddha cuya naturaleza ―como la de todos los buddhas― es la sabiduría primordial. 

Según parece, pueden rastrearse trazas de sus transmisiones en Tíbet desde el siglo XI, aunque es probable que se remonten a mucho tiempo atrás en los linajes orales.

a. ¿Por qué su práctica?

¿Por qué es importante practicar la sadhana de Tara Blanca? Porque así se ha venido haciendo durante siglos en la Tradición Sakya y es elogiada por todos los grandes maestros debido a su poder transformador, sus bellas visualizaciones y su capacidad para:

Prolongar nuestra salud y vitalidad siddhis comunes―

Llevarnos rápidamente por el camino hasta la iluminación siddhi extraordinario―. Es la esencia de Arya Tara, y eso significa un progreso veloz, tanto a nivel relativo como último

Además, en este camino, los maestros nos ayudan a darnos cuenta de que todos tenemos la fuerza interna para lograr la budeidad, y una iniciación tántrica es el primer paso para alcanzarla. Después, será nuestra responsabilidad practicar de una manera regular para llegar a experimentarla, gradualmente y en primera persona.

Si bien los maestros señalan que los beneficios son importantes, también nos recuerdan que hemos de cuidar de nuestra salud. El equilibrio en nuestra vida es fundamental.

No obstante, el acceso a estas prácticas tan beneficiosas para nosotros requiere de un paso previo: tomar una iniciación de Tara Blanca en cualquiera de sus variantes.

b. ¿Qué nos acerca a esta iniciación?

¿Y qué motivación puede llevarnos a iniciarnos en esta práctica? En esencia, una profunda compasión que madura en bodhichitta, el compromiso de lograr la iluminación para beneficiar a todos los seres. La misma motivación de Arya Tara y de su manifestación bajo la forma de Tara Blanca.

En palabras de Shantideva en La Práctica del Bodisatva: una traducción del Bodhisatvacharyavatara:

Los que desean superar las innumerables aflicciones de la existencia,
los que aspiran a eliminar el sufrimiento de los seres
y los que quieren disfrutar de inmensa dicha
no deben jamás abandonar la bodichita. (I:8)

Razones que llevan a explicarnos por qué nuestra protagonista es una deidad de larga vida: porque al tomar esta iniciación y hacer después de manera continuada su práctica, generamos las causas y condiciones que nos permitirán tener buena salud y la vitalidad necesaria para mejorar nuestra calidad de vida y, así, prolongarla. Todo ello con un propósito, el de poder practicar el Dharma, avanzar en el camino hasta iluminarnos y ayudar a todos los seres a conseguirlo, sin excepción. La bodhichitta es la motivación que nos acompaña durante todo el camino.

Sin olvidar que ―aunque este renacimiento humano es precioso porque nos permite disfrutar de las causas y condiciones favorables para la práctica del Dharma― es nuestra aspiración la que determina el tipo de bendición que recibimos en una iniciación.
 

3. Invitación a Tara Blanca

Las imágenes inspiradoras actúan como alicientes en nuestro día a día. Pero cuando nos referimos a imágenes sagradas, la relación que podemos establecer con ellas va mucho más allá. Por entrañar todas las cualidades nobles a las que aspiramos, además de inspirarnos, creamos una conexión trascendental que nos impulsa en el camino espiritual. 

Es el caso de la Buddha Tara Blanca que reúne todas las cualidades y potencialidades para convertirse ―si no lo es ya― en una de las deidades que nos acompañe en el sendero hacia la iluminación.

Sin embargo, los maestros nos recuerdan que, para apreciar nuestras cualidades búdicas, necesitamos haber recibido una iniciación, instaurando de esa manera un vínculo verdadero que nos permitirá profundizar en la práctica. Por ello, no debemos perder la oportunidad ―cuando se presente y la hayamos sopesado bien― de recibir una iniciación de Tara Blanca de la mano de maestros genuinos pertenecientes a linajes de transmisión auténticos.

 


 

Bibliografía

Cornu, P. 2004. Diccionario Akal del Budismo, Traducción: F. López Martín. Madrid: Ediciones Akal. 

Comas Montoya, R. 1993. Tesis doctoral. El arte del Himalaya en las colecciones españolas: Los Bronces, UCM. Facultad de Geografía e Historia. Recuperado el 4 de noviembre de 2022.

Khenpo Karthar Drolma. 2003. La rueda que concede los deseos. La práctica de Tara Blanca, Kingston, Nueva York: Rinchen Publications. Recuperado el 10 de octubre de 2022. 

Schumann, H. W. 2007. Las imágenes del budismo tibetano, Madrid: Abada Editores.

Shantideva. 2008. La práctica del bodhisatva. Una traducción del Bodicharyavatara. Novelda, Alicante: Ediciones Dharma.

Lama Thubten Yeshe. 2018. Tara, la energía femenina que libera, Novelda, Alicante: Ediciones Dharma.

Lama Choedak Rinpoche. 2016. Meditation on White Tara, Sakya Losal Choe Dzong, Tibetan Buddhist Society of Canberra, Canberra, Australia: Gorum Publications.

 


 

Picture of Raquel Berzosa

Raquel Berzosa

Licenciada en Bellas Artes, Postgraduada en Historia del Arte,
Magíster en Gestión Cultural y Doctora en Geografía de la Cultura.
Es tutora en Paramita y aprendiz en la senda budista.

7 comentarios

  1. Gracias al equipo Paramita por compartir con nosotros todos los contenidos sobre las diferentes practicas y Buddhas. Particularmente estoy feliz porque podre tomar la iniciacion de Tara Blanca en ocasion de venir a Latinoamerica SS 42 Sakya Trizen y nuestro querido Venerable Lama Rinchen. Espero en este retiro haber hecho merito suficiente, para vincularme con esta Buddha femenina, y seguir en el camino del Dharma. Me interesa desarrollar mi camino espiritual, para ser de beneficio a todos los seres, en esta y en otras existencias.
    Gracias a todos los amigos espirituales.
    soy vilma – Ngawang Yeshe Dolkar- desde Uruguay

  2. Muchas gracias por el artículo, Raquel. Me ha gustado mucho. Es muy inspirador. Me invita a ser consciente de lo afortunados que somos por tener la oportunidad de recibir esta iniciación de Tara Blanca.

  3. Encomiable artículo Raquel. Imagino que encarnarse como Ser femenino o masculino es inocuo para nuestro desarrollo espiritual. Todo lo que nos iguala nos acerca a la verdad. Gracias por equilibrar un poco la balanza. Estudiar Budas femeninos es muy enriquecedor. Que sigan brotando lágrimas de Avalokiteshvara y emanen más colores para el beneficio de todos los seres. Namasté

  4. Muy linda la nota,e inspiradora,en unos dias estare recibiendo iniciacion en argentina,me he estado preparando bastante en conciencia y tomando todas las clases en linea posibles,tratando de dar este paso ,y continuar en el camino,muchas gracias a todo el equipo por las posibilidades de conocer las enseñanzas verdaderas,e inspirar a tantos seres!!!

  5. Muchas gracias por esta introducción. Nos prepara para recibir esta iniciación, en este caso de S.S. 42° Sakya Trizin en Uruguay. Una bendición. Saludos a ud Raquel y a todo el equipo de paramita!

  6. Gracias por permitirme iniciarme en Tara Blanca. A Su Santidad Sakia Trizin 42° y Venerable Lama Rinchen Gyaltsen. Y a Paramita. org..

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